CAPITULO CUATRO

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Dulce de miel con cuatro abejas.

Estamos en la misma isla en la estábamos la última vez, podía escoger otro lugar pero me gustó tanto que decidí volver en la luna de miel.

Brandon y luz nos acompañan y no se que pretenden separados uno del otro.

Hay otra cabaña construida y supongo que será la de Brandon por qué odviamente no pueden estar en la nuestra, soy la primera en entrar y hacer algo con el vestido que aún llevo puesto.

Me quito las bragas y me meto a la ducha, nadie me verá por qué en esta parte de la isla no habita nadie pero mi miedo es eterno.

Al salir a la habitación mi equipaje que cuenta con dos maletas grandes están en la cama siendo revisadas por brant.

Saca algo rojo y lo deja en la cama con mi perfume favorito y algunas cremas para la piel.

_¿Ahora decides por mi?.

_Quiero que te pongas eso, no es tan malo supongo.

_No, está bien, me lo pondré.

En definitiva es un baby doll rojo de encaje y con lentejuelas, este hombre tiene una rara obsesión con ese color y me llenó media maleta con solo baby dolls.

_Me duele la espalda.

_¿Quieres que te dé un masaje?.

_Ya sabes cómo terminan tus masajes, así que no.

Saco la cinta para medir de la maleta y me paro frente al espejo de cuerpo completo, mido mi vientre todos los días para saber si crece.

Odviamente crecerá pero tengo que estar segura.

_¿Quieres que te ayude?_ no puedo decirle que no por que ya lo tengo enfrente.

El mismo mide mi vientre y se queda con el resultado en la mano.

_Mide, cinco, siete centímetros, pesa al rededor de catorce gramos. ¿Cuando cumples los cuatro meses.

_Pasado mañana.

Me deja la cinta en la mano.

_Bien.

Se va y me quedo sola en la habitación así que decido ponerme el baby doll y unas sandalias cómodas, al salir no está y miro por la ventana mirando a mi hermana salir de su cabaña.

Me preparo un té y busco un libro para relajarme.

_¿Andarás por la casa vestida así?.

_No se ni por qué preguntas.

Se sienta en el comedor.

_¿Cómo van las cosas?.

_Horribles.

_¿Por?.

_Parece un niño que no sabe que decisiones tomar, así como un bebé que no sabe cuál sabor de helado es mejor.

_De mi no puedes estar hablando_le extiendo una taza de te_Todavia no se cuál sabor me gusta más.

_Tu me entiendes, sabes de que hablo.

_Claro que te entiendo princesa.

Me siento a su lado con mi taza de café, tomo mi libro y lo abro.

_No se que hacer.

_Entiendelo.

_Pero como?, No se deja entender.

_Sabes que la clave para que una relación se mantenga firme es la confianza, gánate su confianza y tienes que abrirle la tuya, sean uno.

 Saga mafiosos #3 Perdida con el mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora