PLAN

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Los días fueron haciéndose pocos después de cada entrenamiento, después de que cada regaño fué menguado con palabras de felicitaciones, no recordaba cuando llegué a tomarle importancia a lo que mi padre me había enseñado hasta éste momento, en que recordé sus palabras
«No sabemos cuándo nos será útil esto, pero lo necesitarás»
No quería creerle, me pareció una perdida de tiempo, hasta que llegó lo sucedido y aquí me encontraba, precavida a todo movimiento.

—¿Qué hacemos en éste lugar?— examiné el recinto, removiendome en mi lugar.

El bullicio era fuerte, las luces pestañeaban al compás de la música, las personas bailaban algunas drogadas realizando sus necesidades frente a nuestras narices y nadie decía algo al respecto, todo era normal a los ojos de ellos.

—Buscando información— contestó.

Un hombre alto y fornido se acercó a el con un rostro de querer asesinarlo, duraron varios minutos sosteniéndose la mirada como una pelea, para luego cederle un documento pero en ningún momento pestañearon.

—¿Está lo que necesito?— cuestionó.

—Eso y más...— contestó, el hombre pasó fugazmente su mirada a mi.

—Vuelve a mirarla y te dejo un hoyo en la cabeza.— le advirtió mientras verificaba los documentos.

Aquél hombre endureció sus facciones, soltó un gruñido y se retiró de delante de nosotros. Lo seguí con la mirada hasta que se perdió entre las personas bailando.

—Andando antes que ésto empeore— sujetó mi mano con fuerza sacándonos del sitio apresuradamente, una vez fuera llegando al estacionamiento los disparos comenzaron a invadir el lugar.


    [...]


—¿Hacer que diablos?— cuestionó con evidente molesta Seonghwa a Hongjoong.

—Creeme es mi hermana— respondió.
—No le pediría algo así, pero es la única forma en la que podríamos llegar a Dmitry y mantenerla a salvo.

—De verdad estás loco Joong— me señaló.
—Ella no es una agente de campo.

Los miré cansada a ambos.
—¿Que tienes pensado hacer?

—Ellos son los Karamazov— Kang coloca en la pantalla foto de tres hombres evidentemente guapos físicamente.

—El mayor— enfocan a un rubio.
—Nikolay Karamazov— gruñe por lo bajo.
—Un maldito hijo de puta.

—Seong— lo regaña Hongjoong.

SeongHwa acomoda su garganta.
—Es el empresario orgullo de la familia.— dice.
—Heredó la empresa de su abuelo.

—¿Que tipo de trabajos hace tal empresa?— pregunto con curiosidad.

—Es un constructora.— contesta.
—La mejor... Pero aprovecha eso para hacer sus sucios negocios.

Los miro confundida.
—Los Karamazov son muy conocidos por ser ingeniosos en llevar a alguien a la tumba.— llama mi atención Kang.
—Aprovechan las construcciones para realizar sus asesinatos.

Mis ojos se abren como platos.
—Osea que ellos...— dejo las palabras en el aire.

—Si, entierran a sus presas en los edificios que estén construyendo.

Mi rostro se deforma al imaginar solamente eso. La pantalla muestra al siguiente Karamazov, un pelinegro igual de apuesto que el anterior.

—Este es Alek el del medio.— lo señala.
—El bebé de la abuela que lo trató como un rey hasta que murió y le dejó su herencia.

—¿Una empresa también?— pregunto.

—No.— contesta Hongjoong.
—La red más grande de tráfico de drogas en todos los países.

—Es inofensivo.— menciona Seonghwa.
—Solo que no le toques su droga porque sino no vivirás para contarlo.

—¿Y éste último?— señalo al castaño con sonrisa brillante.

—El enfermo de Dmitry— gruñeron con molestia ambos.

—¿Que hace el?

—Sus padres les dejaron varias empresas en sus manos— dice.
—Nadie sabe exactamente lo que hacen.

—Es el más sádico de los tres.— interrumpe Song entrando a la habitación.
—Dmitry se obsesiona con una persona, y si esa persona no responde a sus elogios y caricias comienza a torturarla de formas inimaginables.

Entonces una noticia en el periódico hace click en mi mente, recordando el caso de aquella joven que encontraron desmembrada.

—Ese hombre no tuvo que haber nacido.— susurro.

—Ninguno de los tres.

—Haber si entendí— me coloqué delante de ellos.
—¿Quieres que vaya tras a estos tipos?

Hongjoong niega.
—Quiero que tú y SeongHwa asistan como mis representantes a una cena de negocios con los Karamazov.

—¿Cómo sabes que estarán los tres?

—Cuando alguien requerirá de los servicios de la constructora ninguno puede faltar.— explica.
—Seong hará un cambio de estilo para que no tengan que reconocerlo... Al igual que a ti en todo caso.

—¿Qué harán exactamente?— pregunta Song.

—Acabo de adquirir unos terrenos gracias a Choi.— dice.
—En esa ubicación les pedirán que hagan una gran mansión.

Kang coloca los ojos como platos.
—Acabamos de hablar sobre muertos en cimientos— se apresura a decir.
—¿Recuerdas?

—Alli entra Mireia.— me señala.
—Como asistente personal tendrás que ser muy específica con lo que quiero.

—Haremos como si fuéramos de la mafia coreana.

—Se les olvida una cosa— menciono antes que prosigan con su brillante plan.
—Yo no soy coreana.

—Pero tu jefe si— habla Hongjoong.
—Tu solo dirás lo que anhela tu jefe y ellos deberán respetar.

—Se te está olvidando una cosa Joong.— habla Seonghwa quien se había mantenido en silencio.

Hongjoong me mira preocupado.
—Tienen que simular que se encuentran en una relación.

—¿Qué?— logro articular.

—Eso traerá la atención de Nikolay a Seonghwa, mientras tú tratas de llamar la atención de Dmitry.

Comienzo a negar repetidas veces.
—¡Acabas de decir que está  loco!— exclamé.
—¿Cómo piensas que me acerque a un monstruo?

Hongjoong me toma de los hombros.
—Dmitry es como un gato que está lleno.— explica.
—No te atacará hasta que tenga hambre.— señala a Song y Kang.
—Ellos estarán cuidándote... Y SeongHwa también.

C R I M E N [Park SeongHwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora