KARAMAZOV II

39 4 1
                                    

Dmitry.

Los veo por la cámara subirse en la camioneta que sale con velocidad de los terreno, aún la sangre me hierve y lo único que hago es tirarle con mi vista dagas asesinas al imprudente de mi hermano.

—Esto es inédito.— dice Nikolai, quien había arrastrado a una silla al golpeado de Alek.
—Agradece qué ya estás demasiado golpeado como para darte otra paliza.

El sigue riéndose.
—¿En serio les lavó el cerebro?

Solté un resoplido.
—Este imbécil sigue creyendo que estamos al lado de ellos.

Nikolai se acerca propinandole una bofetada.
—Somos amables con ellos porque son nuestra vía para comenzar a abrir sin ningún problema nuestro negocio en tierras asiáticas.

Alek nos ve confundidos.
—¿Que?

—El señor Jun por armas nos encontraría el permiso para realizar trabajos en Corea y en Japón imbécil de mierda.

—Carajo.— susurró.

—Pero resulta que nuestro querido hermano...— me toca acercarme a mi y darle otra bofetada.
—Desafió a la representante directa del señor Jeong y casi le vuela la cara por estúpido.

—Fuí amable.— le resta importancia.

—¿Amable?— exclama Nikolai.
—¡Casi le dañas la cara puto de mierda!

—Yo se la iba a dañar pero no todavía.— siseo.

Nikolai dirije mi mirada a mi.
—Te advierto que le quites los ojos de encima.— amenaza.
—No estás llevando tu atención como a las zorras que haz asesinado.— dice.
—O cómo a Hana que no la haz encontrado.

—¡Cállate!— grito molesto.

—¿Te toqué acaso un nervio hermanito menor?— se me acerca.
—Esfuerzate por encontrar a tu mujer.— dice.
—Y si te quieres cojer a Gretta hazlo pero ni se te ocurra matarla porque no respondo por mis acciones.

—¿Me estás amenazando?

—Te estoy advirtiendo, no jodamos el negocio que a los Karamazov les costó muchísimos años contruir.

—Y tu...— señala a Alek.
—Ve preparando una sincera disculpa mientras yo resuelvo este puto desastre como siempre.

Nikolai sale dejándole paso a la persona que menos quiero ver en estos momentos.
—¿Encontraste a otra puta?— me pregunta dejándome a la vista sus celos ridículos.

—Yo me voy.— dice Alek.
—No tolero el olor a cuernudas.

Ella lo mira con ganas de ahorcarlo y lo sigue con la mirada hasta la puerta.
—Que yo recuerde tu te largaste.— digo.
—Por lo que yo hago lo que se me venga en gana.

Ella gira los ojos.
—¿Que estupidez hizo Alek?

—Golpeó a la representante de la nueva empresa que nos realizó un contrato.

—Vi una chica con el rostro golpeado y vestida de blanco.—  dice.
—¿Es ella?— asentí.
—Me recordó a alguien.

—¿A quien?— cuestioné.

—Su morfología me recordó a Hana.— dice.
—Pero creo que buscarte a esa estúpida me tiene con los cabellos de punta por lo que capaz y ya la estoy viendo en cualquier lado.— le resta importancia.

—¿Qué haz encontrado?

—Le coloqué el aparato al padre.— me informa.
—Por lo que no está mintiendo el viejo.

—¿Y tú amiguito?

—Ni se te ocurra colocarle un dedo.— gruñe.

—Ya lo sé, solo pregunto por el.

Se encoje de hombros.
—Tuvo que realizar un viaje familiar.— menciona.
—Su empresa ha tenido contratiempos debido a unos estúpidos rusos.

Sonrió por ello, pues el recuerdo de aquellas cajas de regalo con aquellas jóvenes me viene a la mente.
—¿Me lucí cierto?

—Me das asco Dmitry.— suelta de golpe dejándome estático.
—Eres un asqueroso, antes de ser tu aliada soy una mujer.

—No vengas con tus aires de grandeza.— la interrumpí.

—No son ningún aire de grandeza.— se acerca.
—A cada cerdo le llega su hora.— me dice.
—Una cosa es que ellas te habrán las piernas y otra es que las asesines ¿Y sabes que? Estoy del lado de ellas... Ninguna mujer merece ser tratada por un enfermo mental como tú.

—Callate.— grité.

—Todas merecemos respeto.

—¡Todas son unas putas.!— exclamé.

—Putas o no, no merecían que fueras su verdugo...

Rodeé los ojos.
—Si yo me hundo tu te irás conmigo.

Ella se acerca a la puerta.
—Prefiero eso que mujeres muertas.

Se va dejándome allí, con las manchas de sangre y el desastre, el demonio dentro de mi solo se encuentra alterado por no encontrar a su ángel, quién la tierra se la tragado y dudo que los espectáculos paren porque se esa forma de me hará fácil encontrar a mi hermosa flor para estar en paz.

C R I M E N [Park SeongHwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora