CAPÍTULO SEIS

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La pelirroja no podía evitar contemplar la hermosa sortija que ahora decoraba su dedo. Un hermoso diamante en forma de corazón que unía un cinto decorado con cristales engarzados había sido la manera con la que Joaquín Galán había sellado esa promesa.

Suspiró mientras pensaba en las sorpresas que daba la vida,   << el destino y su albur insospechado >>  - se dijo -

Continuaba recostada en la alfombra frente a la chimenea, su cuerpo estaba escasamente cubierto por una diminuta sábana blanca. A lo lejos resonaba la voz de Joaquín, quien enfundado solamente en su infaltable bóxer rojo atendía el osado teléfono que no dejaba de repiquetear.

- Era mi madre - se excusó cuando volvió -

- ¡Dios mío, Joaquín! - exclamó cuando a su mente llegó la forma tan abrupta en la que ambos habían abandonado sus puestos de trabajo descuidando así sus responsabilidades - Dejamos todo tirado en la productora. ¡Qué vergüenza! - intentando ponerse en pie -

- Ven acá - apresándola contra su cuerpo y atrayéndola hacia su cuerpo -

- ¡No puedo creer lo irresponsables que hemos sido! - parloteaba dejándose abrazar por él -

- Tranquila, estoy seguro que después que les expliquemos todo ellos van a entender. Sé que te prometí que iríamos despacio, pero lo cierto es que no quiero desperdiciar ni un minuto más lejos de ti. Quiero que seas mi esposa lo antes posible, así que creo justo que nuestras familias se enteren. Organizaré una cena para mañana en la noche, allí les daremos la noticia. - anunció con esa seguridad que lo caracterizaba desde que era un niño y ella no pudo estar más de acuerdo -







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Las manecillas del reloj no detuvieron su marcha, la luna brillando en todo su esplendor indicando que la noche estaba en su mitad. Lucía abrió los ojos experimentando por primera vez una paz inexplicable, las pesadillas parecían haberse marchado para siempre. Sonrió al sentir aquel cuerpo pegado al suyo, levantó levemente sus ojos y se permitió contemplarlo. Observar su ancho pecho subir y bajar de esa manera tan acompasada la inundaba de dicha.

Con sus finos y delicados dedos acarició sutilmente sus masculinas facciones.  Se sentía atraída por todo su ser. ¡Se había enamorado profundamente! Joaquín despertó a causa de las cosquillas que le ocasionó su tacto al recorrerlo.

- ¿Qué hace mi muñequita de cabellos de fuego despierta a estas horas? - preguntó con voz algo ronca - 

- No lo sé... - rio divertida - solo desperté y te vi a mi lado y me sentí muy feliz.

- ¿Así que mi muñequita está feliz? - tomándola y halándola para que cayera sobre su cuerpo -

- Mucho mi amor - suspiró besando su fuerte mandíbula mientras él acariciaba sus muslos en dirección ascendente hacia sus glúteos -  Todavía no puedo creer que vaya a ser tu esposa - dijo contemplando nuevamente el anillo que adornaba su dedo - Dime que esto no es un sueño, dime que no voy a despertar para darme cuenta que nada es real - Sus ojos dejaron ver un poco de intranquilidad y la verdad era que Joaquín no podía culparla después de todo a él todavía le costaba un poco creer que aquello era real -

- Pues créelo, porque no es un sueño mi amor, esto es nuestra realidad, muy pronto te convertirás en mi esposa, serás la señora Galán, la dueña de mi corazón.

- Aún me parece que estoy soñando. - dijo abrazándolo fuertemente -

- Te demostraré que no, y acto seguido empezó a regar un sendero de besos desde sus labios hasta su cuello y fue aún más abajo hasta el nacimiento de sus pechos, arrancando ligeros gemidos de ella y logrando que la excitación de ambos cuerpos creciera como la lava. - 

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2023 ⏰

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