Cita

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Cerró con brusquedad la tapa de su joyero luego de observarlo durante unos minutos con intensidad, a pesar de ser de la realeza no solía adornarse con demasiados accesorios, solo usaba la pulsera que le regalo su hermano y los pendientes de su madre, sin embargo, sentía que no estaba perfecta, quería verse impecable.

No por la cita, ni por él.

Seguro que no.

Solo que, si era por él, sus mejillas se tiñeron de cereza, la imagen que le devolvió el espejo tenía un brillo especial en la mirada, la piel ruborizada y una sonrisa tirante en sus labios, intento contenerla sin demasiado éxito, no podía ocultar su emoción.

Era la primera vez que experimentaba estas sensaciones.

Siempre fue un compromiso social aceptar las invitaciones de nobles que deseaban cortejarla, incluso si estos no le agradaban completamente, sonreiría educadamente y toleraría el tiempo que tuviera que dedicarles, era importante para la Casa que mantuviera buenas relaciones con esas personas.

Nunca la hicieron sentir expectante, ni siquiera las salidas a los restaurantes más caros, los regalos extravagantes o las alabanzas vacías sacudieron su corazón como saber que el campesino la esperaba para dar un paseo.

- ¿Vas a salir? – Se detuvo en la entrada del palacio al escuchar la pregunta de su hermano, se giro colocando su mejor expresión neutral.

- Sí, es una salida rápida. – Acomodó la capa sobre sus hombros – ¿Necesitas algo?

- Pensé que había pasado el memorándum para darte el día libre por tus lesiones. – Frunció el ceño confundido – ¿Estás segura de que te sientes bien? Apenas te dieron el alta esta mañana, fuiste herida de gravedad durante la misión. – Nebra bajo la mirada avergonzada de escuchar esas palabras, no quería que le recordaran lo débil que era – Preferiría que descansaras, si quieres trabajar puedes ayudarme con el papeleo.

- Te ayudaré al volver, lo prometo. Solo necesito un momento para despejarme y...

- ¿Vas a ir con Ideale?

- ¿Qué? – Palideció, no tenía sentido que de la nada le cuestionara con quien saldría o incluso que se interesara en la persona con la que se encontraría, estaba siendo demasiado directo y eso no era común en el hombre, había visto a muchas nobles fracasar intentando ser sugerentes al tratar con él.

Nozel no captaba con facilidad las sutilezas.

- Nebra, creo que no lo has notado, pero cuando hablas de tus misiones con él sueles suavizar la voz, lo suficiente para que me dé cuenta de eso, a veces lo llamas por su nombre antes de volver a llamarlo campesino, incluso cuando lo llamas así suena más a un apodo que a un insulto. – Contesto con franqueza.

- ¡No es cierto! No hago nada de eso, él es solo un campesino con el que he tenido obligatoriamente que coincidir, no significa nada, es solo un insecto y... - Sacudió su cabeza intentando reorganizar sus pensamientos para sortear las sospechas de Nozel, estaba entrando en pánico por no poder encontrar una salida cuando la rodeo en un abrazo muy torpe, apretando demasiado y manteniendo su rostro contra su clavícula.

- Estás hiperventilando, Nebra, respira. – Aconsejo suspirando – No voy a regañarte.

- ¿No? – Era incomodo así que intento acomodarse en el abrazo, habían pasado años desde la última vez que Nozel hizo un gesto de cariño físico.

- No. – Negó retrocediendo un paso para poder mirarla a los ojos – Leí el informe de la misión, sé que no pondrías tu vida en peligro por cualquiera así que eso tiene que significar mucho. Él significa mucho para ti y lo más importante para mi es tu felicidad.

Niebla y CenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora