Mini heartstopper son pequeños momentos en la vida de Nick y Charlie, inspirados en los libros de Alice Oseman, de fanarts o de mi propia imaginación.
Gracias por tomar tu tiempo en leerme, me hace muy feliz!
No soy escritora , pero escribir es una...
Cuando desperté Charlie aún seguía durmiendo, me mantuve en silencio mientras observaba su pecho subir y bajar suavemente, y su pelo alborotado descansaba sobre su frente. Amanecer con él en aquella nuestra cama, nuestro paraíso era algo mágico que nunca dejaría de reconfortarme.
Entonces volví a cerrar los ojos cuando la madera del parquet comenzó a crujir por los pasos apresurados de los pequeños pies de los mellizos Evie y Archie. Fingí seguir dormido mientras podía sentir como revoloteaban en silencio a mi alrededor.
-Papi aún está durmiendo- Murmuró Evie.
- Papá también.-
Entonces el diminuto dedo de Archie se posó sobre mi párpado y lo abrió con suavidad. Yo no pude enviar sonreir y ambos se abalanzaron sobre mí cuello.
-¡Papá ha llegado Santa!-
-¿Wow enserio Archie?-Dije haciéndome el sorprendido.-
-¡Si!¡Archie y yo hemos visto regalos bajo el árbol! Algunos eran muy grandes, y otros pequeñitos ¿Cuando podremos abrirlos?.-
-Cuando papi despierte ¿Vale?-
-¿Y cómo podemos hacer para que papi se despierte?- preguntó Evie.
-Hmm ¿Qué tal...un montón de besos y achuchones?
Ambos se abalanzaron esta vez hacía Charlie y llenaron sus mejillas y su frente de besos. Entonces abrió sus brillantes ojos y apareció su preciosa sonrisa de media luna.
-Papiiii- Gritaron ambos-
Archie se sentó sobre su espalda y comenzó a trenzar su cabello mientras describía lo bonito que era el papel de regalo escogido por Santa .
- ¿A papi le gusta mucho dormir verdad?
- Jaja sí Evie, Papi ama dormir.
Nos quedamos un ratito más en la cama disfrutando y saboreando aquel momento, atesorandolo en mi memoria.
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Finalmente bajamos al salón y los niños comienzan a correr al rededor del árbol, buscando ilusionados sus nombres escritos en cada paquete. Entonces me quedo detrás de Charlie y abrazo su cintura para dejar caer mi cabeza en el hueco de su cuello y respiro su olor. Huele dulce, como a galletas de vainilla recién horneadas, besó su cuello ambos suspiramos felices.
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