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Dos semanas después, ya estaban de vuelta en casa, ambos jóvenes salían a veces sólo ellos o con sus demás amigos.

Sin embargo, aquel día, por alguna razón, hacía demasiado frío que incluso nevaba.

En realidad a ninguno de los dos chicos les agradaba la idea de salir de sus casas debido a la temperatura que había en la ciudad.

──¿Quieres venir? — inquirió Wooyoung, cuando el pelinegro contestó el teléfono.

── Claro, ¿Vamos a tomar chocolate con malvaviscos? — preguntó el pelinegro, divertido.

── Es lo que siempre hacemos, ¿no? ── replicó, encogiéndose de hombros, aunque sabía que el mayor no podía verlo.

San aceptó riendo, por lo que en seguida tomó un buzo negro, una chaqueta de mezclilla del armario que se encontraba en su habitación y en seguida fue escaleras abajo, donde vio a su madre quien se encontraba sentada en la sala, viendo la televisión.

── Voy a salir con Wooyoung ── avisó el pelinegro, tomando sus llaves apunto de salir cuando la señora Choi lo detuvo.

── Está nevando, San ── replicó la señora ── ¿Porqué no te quedas aquí hoy?

El aludido hizo una mueca.

── Estaré bien ── dijo despreocupado y tomó el pomo de la puerta entre su mano.

De nuevo, Sunhee lo detuvo.

── Ve ── dijo y cuando lo giró, volvió a hablar, provocando que el joven echara la cabeza hacia atrás, algo fastidiado por la actitud de su progenitora ── Pero ponte esto ── cuando llegó frente al joven le puso un gorro y una bufanda tejida.

San susurró un gracias y salió de la casa, sintiendo el aire frío darle en la cara, por lo que, de mala gana sacó sus manos de los bolsillos de la chaqueta y alzó la bufanda hasta su nariz, para en seguida volver a meterlos a los bolsillos.

Pronto no sentiría las piernas, así que tomó un autobús hasta lo del castaño, en realidad no quedaba muy lejos pero moriría de frío si caminaba hasta allá.

Al poco rato llegó y caminó rápido hasta llegar a la puerta, donde tocó desesperadamente esta, mientras levantaba las piernas en un intento de mantenerse caliente.

Pronto, Wooyoung abrió la puerta y le sonrió, haciéndose a un lado para dejar pasar al mayor y cerrando la puerta detrás de él, seguro el mayor moría de frío.

── Siento haberte hecho venir a pesar de que está nevando ── habló Jung apenado.

San negó con la cabeza mientras se quitaba el gorro y la bufanda, colocándola en el perchero que se encontraba a un lado de la puerta.

Luego se acercó a él y con un brazo, rodeó la pequeña cintura del menor, apegándolo más al mayor para después besarlo en los labios en forma de saludo.

Wooyoung sin dudarlo dos veces le correspondió.

── Está bien, me gusta estar contigo ── susurró el pelinegro sobre los labios ajenos cuando se separaron para después depositar otro pequeño beso.

Jung sonrió, sintiendo sus mejillas enrojecerse levemente.

Pronto, se dirigieron a la cocina, para preparar el chocolate caliente y colocando algunos malvaviscos al final.

Decidieron que verían alguna película en la sala para así disfrutar de su bebida.

── Tenemos que ver esta ── habló el menor cuando ya estaban en el sofá, tenía una película en la mano; parecía romántica, pues en la portada había un chico cargando a una muchacha de cabellos rubios mientras la lluvia los empapaba. San rio levemente y asintió ── Jamás la he visto, así que quise verla contigo ── susurró esto último, algo avergonzado por la confesión.

Choi creyó que era la cosa más pura que había visto en toda su vida.

En seguida, Jung sacó el cd de su caja y la introdujo en el DVD para después regresar junto al mayor, sentándose a su lado.

La película empezó y ambos jóvenes estaban concentrados viéndola, de vez en cuando llevando las tazas a sus labios, sintiendo como el chocolate caliente bajaba por su garganta.

Cuando San terminó su bebida, dejó la taza en la mesa de centro y se acercó más al menor, para después reposar su cabeza en la curvatura del último.

Debido a la cercanía, el pelinegro sentía su corazón acelerarse, no quería separarse nunca del de cabellos castaños.

Al cabo de un rato, la película había terminado y el pelinegro no pudo evitar depositar un corto beso en la nariz del menor, quien la arrugó levemente.

Luego, el mayor palmeó sus muslos, Wooyoung al principio dudó pero terminó cediendo, sentándose a horcajadas en el regazo de Choi.

San rodeó sus manos en la cintura del castaño, quien lo imitó, pero este rodeando su cuello y lentamente sus labios se unieron en un nuevo beso, lleno de ternura.

El pelinegro le agradeció al chocolate caliente, pues los belfos del más bajo sabían delicioso.

Choi mordió levemente su labio inferior, provocando que Wooyoung abriera un poco la boca y el mayor introdujera su lengua, explorando la cavidad bucal del castaño.

Se separaron un poco debido a la falta de aire, mientras se miraban con una sonrisa levemente.

Luego, volvieron a besarse en un hambriento beso, provocando chasquidos al separarse llenando la habitación. al mismo tiempo que intentaban acercar más sus cuerpos, si es que eso era posible.


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Even

Kiss Me « WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora