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.Ángeles y demonios
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.Ella era el ángel que pintaba de esperanza la oscuridad de sus días. Él era un detestable demonio condenado a vivir en el destierro. Ambos pertenecían a clanes diferentes, ambos estaban destinados a nunca encontrarse, ambos forzados a odiarse. Pero ambos habían desafiado lo inimaginable. Incluso habían engañado a la mismísima muerte.
Su amor era una aberración, su unión un completo sacrilegio y su entrega una burla para sus deidades. Sin embargo, sus almas se anhelaban, se conectaban y se fundían al momento de amarse. Porque sin importar el castigo, ellos vivirían para adorarse.
—Eren, ¿no extrañas a tus hermanos? —inquirió el ángel entre sus brazos—. A veces pienso que, sacrificaste tu título y todo lo habías logrado solo para quedarte conmigo.
—Mikasa, mírame, por favor —le pidió al tomarla con delicadeza por la barbilla para apreciar sus preciosos ojos—. El único título que quiero es el que tú me has dado. Todo lo demás, se puede quemar en el lago del infierno —manifestó—. Y no, no extraño a nadie, no te preocupes por eso. Mi inmortalidad sería un desperdicio si no estuvieras a mi lado.
—Eren, yo... —una pequeña lágrima se escapó de sus orbes—. Gracias por amarme y darle sentido a mi existencia.
—Las gracias te las doy yo a ti —sonrió—. Tú fuiste la que le obsequiaste luz a esta alma podrida por la oscuridad —musitó antes de limpiarle esa gota de agua salada que caía por su mejilla—. Te amo, Mikasa.
—Y yo a ti, Eren.
El demonio la acercó más a su rostro, dejándola a escasos centímetros de sus labios. Cerró los ojos y aspiró de su dulce aroma. Ese ángel era un pecado del cual nunca se saciaría. Con su mano la tomó por el cuello, haciendo que su boca tocara la suya, uniéndose en un beso profundo y apasionado que les demostraba todo el amor que se tenían.
Mikasa enredó sus manos alrededor de su nuca, atrayéndolo a ella para intensificar el contacto. Los besos de ese ser del infierno era lo más delicioso que alguna vez hubiese probado. Siguieron deleitándose en ese espacio que tantos les gustaba mientras sus lenguas hacían una danza sensual, muy excitante.
El ángel soltó un gemido cuando el demonio llevó sus dedos a su intimidad, haciéndola temblar de placer entre sus brazos.
—Mikasa, necesito amarte —confesó con la respiración acelerada.
—Y yo... —balbuceó extasiada— necesito ser tuya, Eren —suplicó—. Por favor, hazme el amor.
De esta manera se entregaron a la pasión que sus almas contenían. Fundiéndose en un acto tan puro y sincero que no tenía precedente. Porque sin importar que hubieran sido exiliados eternamente, ellos se amarían para siempre.
Demostrando que el amor va más allá de una rivalidad absurda entre ángeles y demonios.
𝗙𝗜𝗡.
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.¡Hola!
¿Cómo están?
Esta temática es otra que me encanta y este escrito en particular me gusta muchísimo. Creo que a Eren y a Mikasa les daría completamente lo mismo que fueran tan diferentes, ya que el amor no conoce ningún tipo de barreras.
Nos leemos mañana.
Con amor.
GabyJA
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Forever and ever [EreMika]
Romance«Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestros» -Ludwig van Beethoven. Serie de drabbles y viñetas dedicadas a la semana EreMika 2022. Disclaimer: Los personajes de «Shingeki no Kyojin» pertenecen exclusivamente a Hajime Isayama.