Capitulo 2

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-Que haces aquí...?-escuche una voz suave, un poco profunda y claramente era de un hombre, me di vuelto con el susto y mi corazón apunto de salirse, me encontré con unos hermosos ojos grises, era un joven de apariencia seria y un poco mas alto,yo tenia 14 años pero claramente el se veía a simple vista tal vez dos año mayor que yo pero su voz era muy gruesa y no parecía realmente humano,es decir, su piel era metálica y en las muñecas tenia engranajes moviéndose, una vez mi padre me contó sobre mi abuelo y sus inventos, entre ellos fue reconocido por inventar un robot capaz de sentir, capaz de ser un humano pero jamas creí que fuera verdad, salí por un momento de mi trance después de escuchar su voz.


-Soy..soy Amira..perdón no sabia que había alguien mas aquí-dije con un leve rubor al analizarlo mejor, llevaba una camisa blanca ligera y unos pantalones de vestir negros que combinaban con su cabello color de la noche, no era necesario ver mas haya para saber que a pesar de su apariencia mecánica, tenia leves músculos marcados.


-Amira? Amira Rabanet?- dijo abriendo los ojos como si le hubiera llegado un recuerdo.

-Sip, esa misma, me acabo de mudar hoy mismo aquí-dije evitando su mirada, me pongo nerviosa con los chicos pero jamas me había puesto así de nerviosa.


-Soy Aáron 011, encantado de conocerte aunque ya te conocía, disculpa mi comportamiento, no es común encontrar a otras personas por aquí..... has cambiado mucho desde la ultima vez que nos vimos- dijo sin quitarme su mirada de mis ojos sonriendo de lado como si supiera algo que yo no.


-Disculpa, nos conocemos? - dije con algo de miedo y duda en mi voz


-Claro que nos conocemos, jugaba contigo cuando tenias 3 años y viniste de visita, como no olvidar esas mejillas que se sonrojaban cuando te decía lo bonita que eras que claro eso no a cambiado o las veces que una pequeña cabellera rojiza me perseguía por el jardín-dijo sonriendo y pude ver en sus ojos un brillo extraño y empece sonrojarme mientras me daba esa tan impresionante confesión.


-Sabes, creía que eras mi amigo imaginario, ya que tengo pocos recuerdo de eso entonces, cuando venia en navidad no te veía mucho entonces-dije algo penosa por no recordarlo totalmente


-no importa, eras muy pequeña y casi no me dejaba ver-dijo sonriéndome- bueno ahora tengo que irme, nos veremos pronto, hasta entonces Amira Rabanet- dijo alejándose de la puerta y de pronto escucho un susurro- Mi rosa de invierno- salí lo mas rápido que pude para estar segura de que no había sido cuento mio pero no lo encontré por ninguna parte.


Al cabo de unas horas explorando toda la casa, encontré una habitación perfecta para mi, tenia una puerta gastada con una pintura rosada muy clara, un piso de madera blanco y las paredes tenían un morado claro, una enorme cama de esas que tienen cortinas y que estaban firmemente amarradas a los pilares de madera de esta, a los lados dos pequeñas mesitas de noche blancas con una lampara cada una y del lado derecho un tocador muy grande con 3 espejos circulares, dos pequeños a los lados y uno enorme en medio con una ventana en una esquina, a mi izquierda había 3 enormes ventanales con cojines cuadrados y redondos de lana y cortinas color de las paredes, a un lado una pequeña silla; mas a lado un armario tan grande que me sorprendí de cuanto podría caber ahí dentro, y en la esquina contraria una puerta que supongo yo es el baño, en si la habitación era muy grande, demasiado y todavía me sobraba espacio, era perfecta para mi así que deje mis maletas en el suelo.


-Amira, parece que ya elegiste habitación-dijo mi madre entrando con un vaso de jugo- toma esto, necesitaras mucha energía por que hoy tendremos un largo día de trabajo bajando lo que falta del barco volador y no me mires con esos ojos -dijo riendo y ella me contagia su voz -Por cierto parece que ya conoces a Aáron, nos lo encontramos en la cocina y dijo que habían tenido una pequeña charla-dijo mi madre picarona.


-No me gusta- dije rápidamente


-Yo nunca dije que te gustara-dijo sonriéndome de la misma forma a lo cual yo me arrepentí de hablar antes de tiempo-bueno que esperamos, a la mejor tu amigo Aáron nos ayuda-dijo dirigiéndose a la puerta para salir mientras yo rápidamente me veía en el espejo del tocador acomodándome mi cabello para verme mas o menos decente.


Nunca pude olvidar sus ojos, no se por que pero algo me atrae demasiado de el, no se si sera su manera de hablar o sus hermosos y delicados movimientos, nunca había tenido un primer amor, aunque según mis padres lo tuve hace muchos años cuando era demasiado pequeña pero jamas me dijeron mas del tema y ahora que me encuentro con el es como si abriera una parte de mi, como si el tuviera la contraseña de mi y pudiera tocar parte de mis recuerdos, como si fueran parte de el, como si yo fuera parte de el, como si supiera que decir para hacerme sentir nerviosa. Me la pase pensado en esto toda la mañana, es ridículo pero pensar en ese chico se me hacia tan imposible de dejar de hacer, jamas fui de las chicas que se la pasaran de enamoradizas pensando en quien de los chicos del salón era mas guapo, era muy insegura fría y seria en ese aspecto pero por que llega el y todo cambia, me hace sentir estúpidamente enamorada cuando la realidad es que siempre te lastiman una y otra vez, no es un cuento de hadas, todo es amor y color rosa al principio y termina de las perores maneras, tal vez solo tengo que dejar en estos pensamientos, como se atreve a atravesar una barrera que nadie fácilmente cruza y el solo lo haya hecho con su palabras y sonrisas, tal vez lo único que necesito es asegurarme de que esto es solamente por un tiempo.


Durante todo el día me la pase pensando en el y ayudando a sacar lo que faltaba del barco, es difícil de evitar fijarme en el, cuando estaba sacando 2 medianas cajas las cuales para mi mala suerte estaban algo pesadas, el.....


Una de las cajas se tambaleo y cuando estaba por caerse el la acomodo- te admiro -dijo haciendo contacto con mis manos que estaban firmemente apoyadas en las cajas, no se por cuanto tiempo nos quedamos así viéndonos, yo con las cajas en mis manos y el con sus manos en las mías, el me consideraba fuerte....el no me consideraba débil.....sabia que yo no necesitaba de su ayuda para bajar las cajas pero aun así el si lo necesitaba me ayudaba, cuando millones de chicos piensan que una mujer no puede hacer nada sola sin ellos, el pensaba que podía hacerlo todo sin el.



Red TreesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora