A la mañana siguiente Chifuyu fue por sus amigos y los tres se dirigieron rumbo a su Instituto. El azabache aún seguía preguntándose por que la albina lo había ignorado en todo el transcurso a su escuela. Por lo que cuando llegaron él la tomó de su brazo y la metió al cuarto donde guardaban el material para la clase de deportes.
- Oye por que me ignoras -
- Baji me estas lastimado- hablo y apartó su mano de su brazo. Se sorprendió cuando ella lo llamo Baji y no Kei, como solía llamarlo.
- Estas molesta, hice algo que te hizo enojar- la chica se enfureció, como era posible que él podía seguir actuando como si nada después de que la había rechazado. Quería golpearlo y reclamarle, quería ser como él y olvidarse de todo. Pero nuevamente esa tos la invadió así que sin decir nada salió de aquel cuarto y corrió directo al baño.
Por otro lado Chifuyu se estaba muriendo por la preocupación. Desde que conoció a la chica se enamoró de ella, pero al ver que ella se enamoró del chico de grandes colmillos se rindió y ahora se lamentaba pues pronto perdería a su amada.
- Baji-san donde está Akina- pregunto al ver como su amigo entraba sin la albina a su lado.
- No lo se, creo que fue al sanitario- respondió y Chifuyu se levantó de su asiento, corrió hasta llegar a los baños . Vio la mochila de su amiga en el piso por lo que tocó la puerta y entró revisando que nadie lo viera, no quería meterse en problemas.
- Akina estas bien- escucho como tiraron de la cadena y se abría la puerta.
- Como puede actuar como si nada- pregunto tirada en el piso limpiando la sangre que había en la comisura de sus labios. - Chifuyu quiero ser como él y olvidarme de todo esto- su amigo la abrazo y la dejó llorar. Le dolía ver sufrir a su amiga por un amor no correspondido y le dolía más saber que él no podía ayudarla. Por que aquella enfermedad sólo podía curarse si Baji comenzaba a sentir lo mismo por aquella albina.
A la hora del almuerzo los tres se sentaron en la misma banca para almorzar.
- Hola chicos!- grito Yuri saludando al trío.
- Hola- respondieron los tres.
- Ayer hiciste mucha falta Chifuyu-kun -
- Lo siento me desperté tarde y mi mamá se sentía mal- respondió.
- Bueno al menos ya estas aquí, oye ese no es el suéter de Baji-kun- hablo señalando dicha prenda. Los dos chicos dirigieron su vista hacia la chica de tez clara y el azabache sonrió al ver que aún tenía su suéter. Pero esa sonrisa se borró cuando vio que se estaba quitando el suéter.
- Ayer estaba haciendo algo de frío y Baji me lo presto, gracias- dijo y le extendió su suéter. La chica de cabellos rosas lo tomó y se lo puso.
- Se me ve muy bonito o no Baji-kun -
- Si, se te ve muy bonito- respondió con una sonrisa, haciendo que Akina pusiera una mueca triste y sólo agachó la mirada. Sintiendo las ganas de toser, hizo todo lo posible para que no tosiera lo cual pareció funcionar.
Una ventisca se hizo presente haciendo que Akina se abrazara a si misma y Yuri abrazara a Baji. Chifuyu se quito su suéter y se lo puso a su amiga.
- Tal vez hoy va a nevar- dijo el chico de cabellos rubios, su amiga dirigió su vista hacia Baji sintiendo una presión en su pecho y esa sensación de toser nuevamente. Llevo sus manos a su boca, quería evitarlo a toda costa pero comenzó a toser llamando la atención de sus amigos. Chifuyu se veía preocupado y nervioso, sus amigos podrían ver aquellos pétalos de nuevo.
- Akina vamos al baño- Chifuyu la tomó de los brazos y la llevo hasta el baño de las chicas, donde dejó que se limpiara y después se fueron a sus clases.
En todo el resto del día se puso nublado y varios copos de nieve comenzaron a caer. Los maestros habían dejado sus salones ya que tenían una reunión.
- Akina, podrías dejar de ignorarme quiero hablar contigo -
- Sobre que Baji, estoy muy ocupada- respondió y el chico tomó su barbilla.
- Quiero que sigamos siendo amigos, así que por favor deja de ignorarme- la chica sintió sus mejillas arder y sólo apartó su mirada.
- Nos vemos luego, Baji- tomó sus cosas y salió del salón junto a Chifuyu. En la salida ya los estaban esperando sus padres pues hoy irían al médico para revisar la situación de la albina menor.
- Toma, te traje una bufanda y una chamarra- le dijo su papá mientras le ayudaba a ponerse la bufanda, ella se puso sus guantes y un gorro.
- Gracias papá -
- Bien, vayamos al doctor- dijo la señora rubia y los cuatro comenzaron a caminar. A la vista de todos parecían una familia normal, pero el albino mayor estaba preocupado.
No quería quedarse solo de nuevo.
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PÉTALOS
FanfictionUn amor no correspondido. Una enfermedad mortal. Y una chica que no quiere morir, pero tampoco quiere perder sus sentimientos. - Tienes que tomar una decisión -