❈ | La ladrona y el justiciero

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━━Cuatro monedas.

Kata frunció el ceño confundida por el precio de la manzana. Ghali era la persona a la que siempre le compraba las frutas por el buen precio que ofrecía.

━━Antes eran dos.

━━Usted misma lo ha dicho. Antes. Ahora son cuatro.

━━¿Cuál es el motivo?

━━Cada vez tenemos menos suministros, eso significa subir el precio de los productos.

A Kata le seguía pareciendo aquello injusto.

━━Cuatro monedas por una simple manzana es muy caro.

━━Si tanto le molesta pagarme cuatro monedas, vaya a otro puesto. Ya no me puedo permitir vender productos por precios tan bajos.

Suspiró derrotada. Antes de sacar las monedas de su bolso, un hombre desconocido para ella se acercó y le ofreció pagarle esa manzana. Quiso negarse, pero él ya había sacado el dinero y le había dado la fruta que quería.

━━Gracias, señor.

━━Puedes agradecérmelo de otra forma mucho mejor... ━━Aquel hombre alargó la mano y la dejó sujeta a un costado de la cadera de Kata, tomándola por sorpresa━━. Me llamo Kunjer.

Ahí se percató de algo. Su aliento apestaba a alcohol y se tambaleaba de un lado a otro, parecía que la cabeza le estaba dando vueltas y que iba a caerse por no saber mantener el equilibrio. Estaba borracho.

Kata fingió pensarlo y se acercó a la cara del hombre con una sonrisa inocente.

━━Le puedo ofrecer... esto.

Al momento de soltar esas palabras, pegó un rodillazo al hombre en la boca del estómago y se apartó con agilidad por si el señor vomitaba. En efecto, lo hizo. Se quedó de rodillas en el suelo retorciéndose del dolor que le había provocado. No entendía como una mujer tan pequeña hizo que su golpe fuera el más doloroso que había recibido en toda su existencia.

Kata sonrió autosuficiente y se agachó un poco para que solo el hombre oyera lo que le iba a decir.

Las personas de alrededor se quedaron mirando unos segundos la escena para después seguir con sus vidas. Otros, en cambio, sí que mostraron cierta intriga por Kata y aquel señor concentrado en no seguir vomitando y no pasar más vergüenza de la que ya había pasado. En especial, un pelinegro que pasaba por allí.

━━La próxima vez que me toques, dile adiós a tu mano. ━━Kunjer se estremeció al escuchar el tono que usó la chica al hablar━━. Y como me entere que acosas a más mujeres, no será lo único que separaré de tu cuerpo.

Kata se reincorporó en su sitio orgullosa por lo que había conseguido y soltó la manzana que le había comprado aquel señor. La manzana rodó hasta quedar enfrente de él.

━━Ups, se me cayó. ━━Kata se giró en su sitio y se alejó del borracho. La gente hizo un hueco para que la pelinegra pasara entre ellos. Antes de salir de aquel lugar que ahora parecía un espectáculo para los demás, volvió a dirigirse a Kunjer sin mirarlo━━. Por cierto, gracias por querer ayudarme a comprar más manzanas.

Kunjer al principio no lo entendió. No sabía si quería dar a entender una cosa, pero por si acaso, llevó su mano al bolsillo izquierdo de donde había sacado las monedas y vio que su monedero ya no estaba.

Aquella mujer se lo había robado.

Levantó la vista del suelo y vio que ya no quedaba rastro de la chica entre las personas que se estaban dispersando de aquel lugar.

𝐄𝐒𝐂𝐄𝐍𝐀𝐑𝐈𝐎𝐒 » Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora