Ch 5. 🍭

35.2K 1.8K 647
                                    

Grace

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Grace.

10 minutos antes...

—¿En cuál piso se encuentra la oficina de Vladimir Dmitriév?

Dejo mis lentes de sol sobre el escritorio de la recepcionista que se encuentra frente a mí.

—¿Tiene una reunión con él?

—No la necesito, solo dime en qué piso se encuentra.

La mujer bien vestida, pasa saliva y por mucho que le tiemblen los ojos me mantiene la mirada. Tal vez es la primera vez que algo así le sucede, y lo entiendo, apenas la empresa ha sido estrenada, aún debe haber personal nuevo.

—Lo siento, pero el señor Dmitriév se encuentra en una reunión ahora mismo, y no puedo dejar que suba a menos que tenga una reunión prevista.

Demonios.

Tengo que subir a la oficina de Vladimir como sea posible para poder hablar con él. No puede evitarme, y si él no se acercará, lo haré yo.

Le guste o no, tendrá que verme.

Sin embargo está siendo más complicado de lo que creí.

—¿Sucede algo grave?

Mi mano se aferra con fuerza a los anteojos. Esa voz la conozco bastante como para reconocerla rápidamente, más el saludo que de la recepcionista me confirma quién es para mi muy mala suerte.

—Señora Dmitriév, buenos días.

Cierro los ojos, suspirando.

—¿Grace?

Al oír mi nombre provenir de su boca, supe que ya no había marcha atrás. Así que, colocando los lentes sobre mi rostro, volteo en dirección a ella, formando la sonrisa más radiante.

—Theresa—digo, con la mandíbula tensa.

No es suficiente con verla en mi casa, aquí debo verla también.

—Grace, linda, que sorpresa verte aquí.

Fuerzo un poco más la sonrisa en mi rostro.

—Sí, tengo algo que resolver con Vladimir.

Por ejemplo, por qué me está evitando.

Después del encuentro en mi habitación durante la madrugada, me evitó tanto como le fue posible. Sin embargo yo no lo dejaré así, claro que no, prefiero ir directo al problema y resolverlo de alguna forma.

—La señorita está queriendo subir a la oficina del señor, pero no tiene una reunión programada.

Por un momento me dan muchas ganas de querer matar a la recepcionista, no obstante recuerdo que simplemente está haciendo su trabajo.

Cuando todos duermen © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora