Advertencia: Este capítulo contiene escenas subidas de tono. Leer bajo su responsabilidad.
Vladimir.
No puede ser que esto esté sucediendo.
Pienso, mirando de reojo a quien va conduciendo a una velocidad poco normal mi automóvil.
Mientras ella sonríe por la adrenalina que le produce estar manejando de forma tan alocada y despreocupada, mis manos se aferran de una manera inimaginable al asiento del auto.
—¿Segura que tienes licencia para conducir?—pregunto una vez baja el volumen de la música.
Su risa resuena dentro del vehículo. Claramente su estado de ánimo es muy diferente del mío en este momento.
—Vladimir, tengo 24 años. Por supuesto que la tengo.
—Entonces el sistema te ha calificado muy mal, no puedes conducir a esta velocidad. ¿Quieres morir?
—Estoy conduciendo bien—asegura.
—Claro que no—refuto—. Para empezar ni siquiera deberíamos estar en camino a otro lugar que no fuera el aeropuerto.
—Vlad, relájate un poco. No hemos asesinado a nadie y escapado.
Ruedo los ojos.
—Para comenzar no me has dicho a dónde nos dirigimos. ¿Cómo quieres que me relaje?
Grace suelta un suspiro pesado, como si ella fuera quien está tratando con la persona más terca e irresponsable del mundo ahora mismo.
—Por esa actitud es que he decidido emprender este viaje, necesitas relajarte, un poco de diversión para quitarte lo amargado.
Imito su suspiro, y apoyo el brazo en la ventana ya que el vidrio se encuentra bajo. La brisa veraniega roza contra mi piel, el calor se hace presente.
—¿Y a dónde es que nos dirigimos? Si se puede saber.
Lo mejor por ahora es averiguar hacía donde nos dirigimos. Desde que salimos no supe nada de nuestro destino.
—Brighton Beach—anuncia.
—¿Brighton Beach?—repito, confuso.
Extiende una sonrisa tenue en sus labios.
—Sí, Nana tiene una casa ahí—comenta de forma alegre—. Es un lugar tranquilo ya que solo residen lugareños, pero sus clubes nocturnos son buenos. He ido unas pocas veces, a los clubes, y también a la casa de Nana. Era la que usaba conmigo cuando mis padres no estaban. Te va a encantar.
Admiro por unos segundos la bella expresión que hay en su rostro al hablar de ese lugar que al parecer le traen bonitos recuerdos. Pero se me desvanece cuando recuerdo los problemas que tendré gracias a esto.
—¿No tienes miedo de que nos descubran?—cuestiono.
La sola simple idea de saber que alguien nos vio marcharnos juntos de la mansión hace que los vellos de mi cuerpo se ericen por completo.
—¿Por qué estás tan preocupado? A ti los reporteros o paparazzi's no te siguen, has mantenido tu vida privada lejos de los medios. Y puedo asegurarte que solo aparezco en las revistas cuando quiero, Eric se encarga de eso—me mira de reojo antes de regresar la vista a la carretera—. Entiendo que te preocupes por lo que se pueda enterar tu esposa, pero debes confiar cuando digo que nadie nos persigue.
—¿Cómo estás tan segura al respecto de eso?
Ella niega con una expresión de diversión en su rostro.
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Cuando todos duermen © [PAUSADA]
Roman d'amourLa familia de Grace recibirá a un invitado muy importante, el mejor amigo de su padre, uno de los empresarios más importantes del país, y el más temido por los demás. Vladimir Dmitriév. Es el hombre más ardiente según la revista más importante del m...