Capítulo cinco

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Por días y varias noches, lo único que hizo fue crear nuevos diseños en cerámica, eso, y también pensó muchísimo en todo lo que Woo Bin y él hablaron. Lo peor de todo, es que realmente estaba creyendo que casarse con esa molesta chica iba a ser una buena idea.

Le molestaba que su abuelo lo llevara al extremo de tener que poner su libertad a disposición de él para poder tener lo que por derecho le correspondía. Su herencia era suya, y el único que podía tener voz y voto sobre ella, era Yi Jung.

Sus cerámicas no perduraron, todas terminaron siendo trabajos defectuosos que olvidó tirar a la basura, pues para ese momento estaba más concentrado en tomar una decisión. Bueno, en realidad, lo único que tenía que hacer era ceder.

Cómo estaba odiando esa palabra.

-Está bien -Yi Jung toma posición frente al escritorio de su abuelo luego que las puertas de su despacho se cerraran tras él.

Dong Sung deja de lado el periódico que sostenía con sus manos fijando entonces toda su atención sobre Yi Jung. Su nieto luce serio, pero él lo conoce muy bien, tanto como a la palma de su mano...

Su querido nieto solo intenta guardar las apariencias, puede ver ese brillo intenso en sus ojos. Enojo puro, rabia en su contra.

-¿Está bien, qué? -pregunta Dong Sung. Una de sus cejas se alza sobre su frente, apoyando ambos codos sobre el escritorio, reta a Yi Jung en silencio para que siga hablando.

-Acepto -Dong Sung no dice nada. - Me casaré con la chica que has escogido para mí.

-¿Con la chica?

Yi Jung tensa su mandíbula. Silenciosamente toma una bocanada de aire con el fin de que su cordura permanezca donde debe y no perder el control por las absurdas preguntas de su abuelo.

-Con Ga Eul -dice finalmente, con tono grave. - Me casaré con Ga Eul.

-Hmmm...

Pero Yi Jung no permite que su abuelo diga palabra alguna. Él apoya sus manos sobre el escritorio, inclina su cuerpo sobre él. Sus ojos lo observan directamente, nunca ha sido alguien que goce intimidando, pero a esas alturas del juego, usaría todos sus recursos.

-Pero me darás mi herencia.

Dong Sung apoya su espalda contra el respaldo de su silla, con la mirada analiza la actitud de Yi Jung. Es un hombre viejo, la mirada enojada de un jonvenzuelo como su nieto no tenía el mínimo efecto sobre él.

-¿Tu herencia?

-Sí -Yi Jung asiente. - Me casaré con la chica que has escogido para mí, pero me entregarás mi herencia y no habrá peros de por medio -Dong Sung entrecierra sus ojos. - Promételo.

Dong Sung quiere sonreír. Esa era una buena jugada, no cabía duda de que su nieto también lo conocía bastante bien. Él era un hombre derecho, de palabra. Nunca faltaba a una promesa después de hacerla, nunca.

-Podría prometerlo.

-¿Pero?

Dong Sung suspira fuertemente.

-Rompiste el compromiso con Ga Eul, Yi Jung. ¿Cómo es que vienes aquí tan seguro a decirme que te casarás con ella si fuiste tú quien rompió con el acuerdo?

Yi Jung también suspira, pero él sostiene su postura llena de seguridad. No iba a dar su brazo a torcer en ningún momento.

-No tienes que preocuparte por eso. ¿Quieres una boda? ¿Quieres que me case? Pues eso haré, me casaré con ella. Yo mismo me encargaré de que así sea, por lo pronto, lo único que necesito de ti es que me prometas aquí y ahora que me darás mi dinero una vez que esté casado.

Del odio al amor... [Yi Jeong y Ga Eul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora