Capítulo dos

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Millones de posibles ideas pasaron por su cabeza mientras se duchaba. El tono demandante de su abuelo le inquietó, y aunque quiso preguntar, supo que no recibiría las respuestas esperadas pues Dong Sung le ignoraba cruelmente. Yi Jung, ahora un poco más consciente, también sabía que después de llegar en ese estado a casa, había perdido la posibilidad de opinar o negarse a algo.

Por ello fue que, sin protestar, entró al auto que lo esperaba en la entrada de la casa. Su abuelo se encontraba ahí, con la mirada fija en la ventana, ignorando por completo su presencia

Cansado, sin recordar nada de la noche anterior y con heridas ardientes en su rostro, Yi Jung se mantuvo quieto en su asiento. Observando la ciudad ante sus ojos, se preguntó una y otra vez en qué estaría planeando su abuelo. No sería la primera vez intentaba darle algún escarmiento, o amenazarle con quitarle su herencia, algo que para Yi Jung ya no surtía efecto; él era adulto, y según su lógica, nadie podía castigarlo.

Recargando su cabeza contra el vidrio, notó como el ambiente comenzaba a cambiar poco a poco. ¿Acaso saldrían de la ciudad? ¿O a dónde se dirigían? Su curiosidad comenzó a despertar de a poco, porque Yi Jung conocía muchos lugares, pero absolutamente todos eran adheridos a la clase alta.

—¿A dónde vamos? —pregunta varios minutos después, luego de notar que el camino efectivamente era desconocido.

Observa discretamente a su abuelo. Dong Sung permanece en silencio, sus ojos firmes en la ventana. Él se veía tranquilo, y eso era lo que Yi Jung no lograba entender.

—Abuelo —insiste ante su silencio, pero Dong Sung continúa callado. —. ¿Qué? ¿Me ignorarás el resto del camino?

Silencio.

—No puedes hacer eso, abuelo.

Dong Sung suspira fuertemente.

—Tienes razón —Dong Sung asiente y Yi Jung sonríe, pues al menos consiguió que su abuelo le dirigiera la palabra una vez más. —. Pero como ya hemos llegado...

Yi Jung frunce el ceño y observa por la ventana nuevamente. Su boca se abre y su expresión se vuelve agria. Nada de lo que ve le gusta. Todo, absolutamente todo se ve tan... corriente.

—¿Por qué estamos aquí?

—Ya lo verás.

Por momentos tiene la esperanza de que aquello es broma. Están ahí con el fin de asustarle, sí, definitivamente esa es la función de estar en ese barrio.

—E-Espera —su expresión cambia a una de terror. ¿Por qué su abuelo se está bajando del coche? —. ¿A dónde vas?

—A dónde vamos, dirás —esas son las ultimas palabras de Dong Sung, antes de cerrar la puerta.

Enseguida la puerta del lado de Yi Jung se abre, el chofer del vehículo espera a que él baje, pero se niega rotundamente a hacer tal cosa.

—No iré con él. Me quedaré aquí —Yi Jung cruza sus brazos y pega su espalda al respaldo del asiento.

—Joven Yi Jung, por favor —pide el chófer, pero nuevamente Yi Jung se niega. No, ni loco hará tal cosa. —. Por favor —insiste.

—No.

—Joven...

—Déjalo —la voz de su abuelo interviene. —. Si realmente sabe lo que le conviene, entonces vendrá conmigo.

Yi Jung mantiene su posición firme por los próximos segundos, pero las palabras de abuelo generan en él los estragos suficientes, y finalmente, tras una pequeña rabieta, abandona el coche.

Del odio al amor... [Yi Jeong y Ga Eul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora