¿Cómo podía entender algo tan complicado? Apenas puede comprender una situación antes de poder actuar y atacar, a eso estaba acostumbra, y quizás era una de las razones por la que tenía algunos problemas con Nami al no pensar en las posibles consecuencias que hacía llevar a todos los demás al posible peligro.
Pero era diversión, así son las aventuras, sin eso, nada tendría sentido en su viaje. Luffy estaba seguro de eso, así era todo mucho más divertidos, conocer, explotar y sentir.
Y era eso ultimo lo que no lograba entender, no del todo. Sentía que podía explotar, porque inició desde que su único cocinero empezó a ignorarlo en las comidas, cuando los regaños no fueron constantes y los gritos fueron olvidados sobre el Sunny go. Sanji no tenia las mismas reacciones que antes, era lo que podía notar, incluso cuando no era el mejor en poder entender que podría estar pasando por la cabeza de su nakama. No, no lo era.
Pero el joven capitán sabia que algo estaba ocurriendo y que él era el culpable de ello.
Sanji amaba cocinar, preparar variedades de platos para impresionarlos, cuidaba de las chicas del grupo y luchaba contra ellos por la gran falta de caballerosidad que no tenían, mientras que para él todos eran iguales, era claro que ellas tenían una gran parte de su corazón como las nakamas que eran, al igual que los demás, pero no parecía ser lo mismo para el rubio cocinero.
Luffy suspiró y observó como Sanji peleaba con Zoro y sonreía hacia Nami revoloteando a su alrededor por una simple petición que sin rechistar cumpliría.
—¡Sanji, quiero carne! —gritó Luffy, pero otra vez lo ignoró, y pudo escuchar chasquear sus labios, mientras encendía un cigarro, dirigiéndose hacia la cocina y es Usopp quien luego le entrega la jugosa carne que había preparado el rubio.
Allí estaba el problema, era completamente ignorado por él. Ni siquiera le daba una respuesta o un grito para negar lo que deseaba comer. Y eso era mucho más doloroso que el vacío que se estaba plantando en su estómago.
Y él lo sabe, no había hecho nada que fuera a molestarlo de tal manera. No, no la hay, no ha robado nada de la cocina, se lo había prometido desde que embarcaron en Sabaody, y aun le resulta difícil cumplir con esa promesa, cuando lo que más tenía es hambre.
Luffy no rompió su promesa, pero aun así lo evita, y eso ya no era de su gusto, necesitaba respuestas claras. Sus nakamas son lo único que tiene, era la familia que creó, y lo último que quería era que este enojado con él. Incluso si era un poco tonto como para ser el capitán.
Puede que este un poco celoso de ti, ya sabes con eso que estuviste en la isla de las mujeres.
Eso había dicho Usopp después de ver la escena, por lo que corrió hasta la cocina, entró sin llamar y Luffy notó como se encontraba dándole la espalda, concentrado en lo que estaba picando, sin inmutarse a su ruidosa llegada.
—¡Sanji! ¡Lo siento, por quedarme en la isla de Hanbok! Ella solo me ayudo.
El rubio no respondió y solo siguió en lo que estaba haciendo. No hay regaños, no gritó su nombre y solo se limita a recoger los platos cuando terminó lo que preparaba.
Quiere enojarse, quiere hacerlo como nunca, porque no puede entender su manera de actuar. No había hecho nada malo como para él fuera así, y estar en esa isla solo fue pocos días, nunca entendió el problema con eso y tampoco le interesaba, pero no quería perder la amistad que tenia con él.
No con Sanji.
Capitán-san no debe preocuparse, Sanji-kun solo está pensando en muchas cosas, es por eso por lo que ya no puede seguir su ritmo. Pero, pronto será él de siempre, ¿por qué no es más cariñoso con él?, quizás así no se sienta triste.
Explicó Robin cuando notó como el rostro de su capitán se calentaba al tratar de analizar la situación, y Luffy asintió a sus palabras, después de todo es ella la que más inteligente del grupo. Quizás ella sí pueda entender lo que pasa por la mente de Sanji.
Si Robin dice que a Sanji le falta un poco de cariño, está bien dárselo.
Dar amor estaba bien, era lo que siempre decía Sabo cuando Ace se enojaba, era lo que él más podía recordar. Abrazar con palmaditas, dar besos y acariciar la cabeza de los demás siempre podía ayudar a que se sintieran mejor consigo mismos, incluso si no decía lo que pensaban. La joven voz de su hermano mayor lo hizo recordar cada uno de los momentos en Ace se lograba enojar con ellos por un largo tiempo y solo siendo cariñoso, en conjunto a algunas peleas todo se volvía a solucionar para ellos.
Y Sabo al igual que Robin siempre tienen razón.
Cuando llegó la mañana, el sonido del violín ayudó a que todos despertaran, a excepción del joven capitán que aun sostenía la manta entre sus brazos como si de eso dependiera su vida. Era algo que no podían cambiar de él, y ciertamente nadie quería levantarlo, con un Luffy descansando había cosas que podían hacerse con mucha más facilidad. y Fue cuando el grito de Sanji llegó al oído de todos, y la risa de alguien más se hizo presente. Llegó corriendo y sobrepasando a todos, tomó asiento en su lugar y sonrió hacia los demás como un buen saludo.
Eso era lo único distinto de Luffy, su ánimo era lo suficiente contagioso para despertar por completo a los demás.
Pero, en la mente del joven capitán había algo más, intercalaba miradas hacia el lugar donde el cocinero del lugar aun servía en los platos mientras Usopp los colocaba sobre la mesa. Luffy no se sobresaltó como de costumbre, extrañamente esperó a que todo fuera colocado sobre la ancha mesa, y los gritos de los demás que parecían estar listo para una guerra, inició, más no tuvieron a su común enemigo detrás de ellos.
No, Luffy no robó de sus platos, y solo sonrió agradeciendo más de una vez en la dirección de rubio cocinero, quien más de una vez apartó la mirada y solo caló profundo su cigarro. Cuando todos acaban no dudan en querer revisarlo para saber si estaba bien, y sí lo estaba, solo quería ser mucho más amable con él.
—Estoy bien, estoy feliz por la comida de Sanji ¡Eso es todo! —sonrió el menor, a lo que los demás se miraron entre sí, mientras que Luffy ladeó su rostro hacia el cocinero, quien sonrió un poco hacia él, lo suficiente para volver a acelerar su corazón de la emoción al no ser ignorado.
¡Sanji no me odia!, pensó.
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Sintomas; SanLu
FanfictionDesde que el reencuentro en Sabaody, Sanji se ha sentido raro. Él supone que es por la experiencia vivida en Momoiro, el ver chicas lindas y apreciar sus sugerentes atributos. ¡Ese es su paraíso! Pero... también sus pensamientos lo empiezan a traici...