┌─────❀◦❀◦❀─────┐
Vida
└─────❀◦❀◦❀─────┘
Rei paseaba por la noche al edificio, tenía que llegar allí ya que su padre le habia llamado por un problema con la droga que habían encargado. Tenía un cigarrillo encendido ya casi acabado.
En una manzana se encontraba el sótano donde estaba su padre, era un edificio de comida rápida. Pero en el interior había gimnasios para entrenar, salas de información, habitaciones para los que residen allí y el gran despacho de su padre.
Tiro el cigarro al suelo y lo piso, a su izquierda está la carretera. Estaba el semáforo en rojo, al ponerse en verde vio pasar una moto de policía, deberían de estar haciendo las guardias.
Por esta zona se traficaba mucho, estaban al lado de la costa.
Ella entró en el bar y paso por las cocinas. La gente ya sabía quién era y le tenían respeto. Tocó una puerta dos veces y se abrió un rendija.
— Abre ya - dijo ella sin mucha paciencia.
Esta se abrió y ella paso por las escaleras abajo. Cada vez que bajaba más, los golpes de lucha se hacían presentes. Era un gimnasio escondido.
Allí abajo sorprendentemente solo había hombres, ella era la única mujer. Cuando vino los primeros días, tenía mucho miedo. Todos la miraban con doce años como si fuera un juguete.
Ahora nadie se atrevía a llevarla la contraria, y menos tocarla. Pasó por todos las arenas de combate, por las máquinas deportivas y más.
Llego al verdadero despacho de su jefe, su padre, y paso sin tocar la puerta.
— ¿No te enseñaron a abrir la puerta? - dijo el con algo de enfado.
— No - comento tranquila y se sentó dejándose caer a la silla. - ¿Cual es mi siguiente trabajo?
— Impedir que un coche policía entregué una pruebas a laboratorio. Necesitan una máquina que no tienen y está en la ciudad de al lado.
— ¿Que es eso que no quieres que encuentren? - le miro a los ojos sonriendo. - necesito toda la información.
— Tienen una pista de una asesinato dónde está mi sangre. Si descubren que soy yo, todo este clan se caerá. - clavo una daga en la mesa con fuerza.
— Limpiando tu mierda, como siempre - susurro mirando al suelo con rabia.
Estaba harta de tener que arreglar todo lo que ella no hacía. Era la recogemierda, era lista, astuta y tenía fuerza y agilidad. Podía hacer mucho más que eso.
— ¿Has dicho algo? - estaba muy serio, ella sabía que le había oído. - Rei sabes quién fue la que te salvo aquel día. De tu familia, de tu hermano.
— No hace falta que lo recuerdes - se abrazo a sí misma tocando el tatuaje de su nuca.
— Vete ya antes de que mi paciencia se acabe.
Ella solo se levantó. Apretaba sus manos y los nudillos eran blancos. Al salir solo se cruzaba con la gente chocandose.
No decía nada, el simple recuerdo de aquellos años en esa casa fueron terroríficos.
Puede que le quedarán traumas, le hacían daño físicamente. Pero desde que llegó, sin darse cuenta todo lo que no era pegar lo relacionaba con "amor".
No se daba cuenta de que todo lo que la enseñaban como a pegar, a disparar un arma y a falsificar billetes, era malo.
Pero como eran buenos con ella, no le importaba. Le hacían chantaje emocional con todo. Si no podía pegar, era demasiado débil. Si quería un amigo, se haría débil.
Y así al paso de los años, ya no distinguía lo que era verdad y lo que era mentira. No sabía quién era, y si no tenía nada que hacer su ansiedad crecía.
Lo único que pensaba era que si no servía a su padre no tenía por qué vivir.
Su hermano, no el biológico. No fue de mucha ayuda. Era el que más daño le hacía. Tiene tres años más que ella. Y en su primer encuentro no fue de lo más bonito.
Digamos que la trato igual que su hermano biológico.
Dejó de pensar en todo, y solo siguió caminando. La lluvia comenzó a aparecer. Su pelo se mojaba y noto una mirada en ella.
Miro atrás y vio la moto de policía de antes. Estaba parado con el casco puesto.
— No tengo droga si es por lo que está aquí. - dijo cansada, quería irse a casa.
— No vengo por eso - la voz le sonaba.
— Mira - se giró a mirarle - ¿Quién coño eres? Me quiero largar a mi casa.
Él se quitó el casco y agitó su pelo cenizo. Le daba igual la lluvia.
— Kirishima me mataría si te dejará aquí en la lluvia a las tantas de la madrugada.
— Se defenderme
— Lo se - se acomodo en la moto - pero te puedo llevar a casa.
— Está en la dirección contraria a la comisaría - intento que negara.
— Me da igual.
— Viví en un sitio donde ser policía no es muy bueno, está lleno de gente con antecedentes. Te darían una paliza en cuanto llegases.
— Correré el riesgo - sonrió triunfante. - Sube ya.
El giro el torso un momento y saco el casco de emergencia.
Ella solo tuvo que asentir y subir a la moto. Ella tenía una, pero vino en autobús para que no la interceptaron las cámaras.
Se sujeto a su torso, no muy fuertemente y el aceleró rápido para que se sujetará más. Katsuki sonreía.
Ella notaba que sus músculos estaban trabajados. Solo tenía la cabeza girada mirando la costa. Algunas veces le decía las indicaciones.
Al llegar a su pequeña urbanización aparco la moto al lado de la de ella. Se bajó de mala gana.
— No vas a decir ni gracias - dijo él cuando le devolvió el casco.
— Gracias - dijo sin mirarle peor moto una queja - ¿Y ahora que? - se dio la vuelta pero vio como el miraba al suelo. - ¿Estas bien? - no se movió y ella se acercó.
Todo estaba bien pero al llegar a su pierna está estaba sangrando.
— Deberías de haber ido al hospital - dijo ella y le ayudo a bajar de la moto.
— ¿Me dejaras entrar a tu casa? - su parte arrogante no se iba nunca.
— Callate antes de que te deje en la calle. - abrió la puerta del portal y entró.
Lastimosamente el ascensor estaba roto. Tendría que ayudarle a subir unos tres pisos.
Continuará...
Volví con esta historia!!!!
Ahora seré más activa en esta, espero que os guste!!!
ESTÁS LEYENDO
𝑶𝒖𝒓 𝒍𝒊𝒆𝒔 {𝑩𝒂𝒌𝒖𝒈𝒐 & 𝑶𝒄}
FanfictionNadie pensó que que dos personas iguales con vidas completamente distintas pudieran enamorarse. Puede que ese fuera el fallo, pero nadie puede luchar contra el corazón. ━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━✧♡✧━━━ Algunos personajes no son míos. La historia es completamen...
