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Casa ajena
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Lenguaje fuerte!!!!!!!!!!

El chico rubio se despertó perezosamente. Vio el techo blanco y noto que estaba en un sofá que no era el suyo y en calzoncillos.

En frente estaba la cocina. Había una chica con un short y una camiseta de tirantes de espaldas. Ayer no bebió.

A los pocos segundos su dolor en la pierna volvió y vio que tenía una herida cosida. Oyó la cafetera funcionar y se recostó.

Al su lado tenía su uniforme lavado y bien doblado.

— Al fin despiertas bello durmiente - oyó la voz sarcástica d ella chica - por cierto, de nada. - bebió de su taza.

Ella aparte de estar con él pijama tenía una coleta desecha, se le notaban las ojeras.

— ¿Que paso? - logró preguntar.

— Nada de los he quieras arrepentir - el se ruborizó un poco - No de esa forma, solo te cure y te caíste inconsciente. Tu móvil estaba bloqueado así no pude llamar a nadie. - se giró - ¿Café?

— Si - se levantó para ponerse los pantalones y ella saco un vaso.

Cuando ya estaba completamente vestido bebió d en trago y recogió sus cosas.

— No pensaba que ibas a huir así de rápido. - dijo medio riendo Rei.

— Solo tengo que volver al trabajo, Ayer no devolví la moto. Es de la comisaría no mía. - se puso un trabajo.

— Ya... hablando de eso, no creo que puedas hacerlo. - el la miro sin entender - ya te advertí que aquí los polis no son bien recibidos.

El rubio se acercó a la ventana que daba al pequeño parking público y vio la moto incendiada en mitad de la calle.

— Mierda - susurro.

— Te puedo llevar al trabajo, - comento ella tranquila - el metro está a una hora de aquí y con ese uniforme te irá mal.

— ¿No tienes nada que hacer? - preguntó y ella se quedo pensando.

Tenía ese recado de su padre, una tema de drogas y un asesinato con pruebas
Pero suponía que podía esperar un rato.

— Tengo la mañana libre

— Pues si no te importa - se rasco la nuca y ella dejó su taza para ir a su habitación a cambiarse.

En menos de cinco minutos la chica salió. Bakugo nunca vio a alguien tan rápida.

— Vamos - agarró las llaves y salieron por la puerta principal.

El la siguió. Bajaron unos cuatro pisos.

— ¿Cargaste conmigo cinco piso arriba? - pregunto él.

— Si, me debes algo por esto. Mi espalda está muerta.

Al salir ella encendió su moto y le dio el casco que tenía en el maletero. Él se puso atrás y le sujeto de la cintura.

En el camino no decían nada. Cuando aceleraba o frenaba el chico se agarraba con más fuerza haciendo que chica estuviese nerviosa.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2022 ⏰

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𝑶𝒖𝒓 𝒍𝒊𝒆𝒔 {𝑩𝒂𝒌𝒖𝒈𝒐 & 𝑶𝒄}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora