Una cena y algo más

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Skeppy subió las escaleras que conducían hasta la puerta de su mansión de dos en dos. La sonrisa que se plasmó en sus labios fue tan amplia que incluso comenzó a sentir que sus mejillas dolían un poco, pero se permitió tenerla allí un rato más.

No había visto a su esposo en todo el día, lo cual era extraño. Las únicas veces en las que no solían verse eran en las ocasiones en las que Skeppy viajaba a InvadedLands para ver a su familia y amigos, o los días en que Bad iba en búsqueda de materiales raros al Nether. De allí en fuera, no es que fuesen inseparables o que estuviesen 24/7 juntos, pero solían verse cada tantas horas aunque fuese sólo un vistazo.

Skeppy abrió las puertas y al instante fue recibido con el aroma de una comida que siempre había amado pese a que en un inicio le dio desconfianza gracias a su peculiar color azul: el estofado de hongo distorsionado. Aspiró el aroma con deleite: Bad era el mejor cocinero del mundo entero, e incluso de otros mundos, porque definitivamente no habría nadie en el Nether o en el End que pudiese cocinar mejor, ¡nadie!

—¡Bad, llegué! —gritó en el recibidor mientras se quitaba la armadura de netherite y la colocaba en uno de los soportes que se encontraban en la entrada. Segundos después, ya no estaba solo.

—¡'Geppy, volviste! —saludó una figura alta y oscura. Cuernos, garras, alas, halo, ojos blancos, tres metros de altura... si fuese la primera vez de Skeppy admirándolo, quizás le daría miedo. Pero no era la primera vez. No iba a ser la última tampoco-. No me despertaste para bajar a la mina -Se quejó con un puchero mientras se inclinaba un poco sobre Skeppy. Cosa que, nuevamente, se veía bastante amenazadora, pero Skeppy sabía que era puramente para buscar algo inofensivo: un abrazo.

—Lo siento —murmuró Skeppy mientras envolvía sus brazos alrededor de su esposo—. Pero creía que necesitabas descansar. Tampoco fue muy interesante... a excepción del final, supongo.

—¿Mhm? —BadBoyHalo agitó su cola en el aire dos veces de aquí para acá, demostrando pura curiosidad. Era casi gracioso cuánto de las emociones de Bad podían verse gracias a su cola moviéndose por el aire—. ¿Qué pasó?

—Los chicos estaban gastándome una broma o algo —El chico de diamantes dio dos palmadas leves en la espalda del contrario, instándolo a separarse un poco. De nuevo, estuvieron cara a cara. Pero mucho más cerca—. Actuaban muy pegajosos y cuando te mencionaba ponían caras de asco. Incluso hasta trataron de acompañarme a casa como, ya sabes, cuando escoltas una cita de vuelta a su casa —Puso los ojos en blanco—. Pero creo que la broma les salió mal. Si querían ponerte celoso, ni siquiera estabas allí.

—Además de que no me pongo celoso —murmuró Bad con una sonrisa orgullosa.

—Bueno... —Skeppy puso la mejor de sus sonrisas, esa que hacía siempre que iba a jugarle una broma a su marido.

—¡Skeppy, yo no me pongo celoso!

—¡Te pones celoso todo el tiempo!

—¡Sólo son unos cuantos instintos que no controlo! ¡Y dijiste que no te molestaban!

Y todo eso era verdad. Bad no era alguien celoso en general, pero a veces tenía algunos arrebatos de posesividad por los que se disculpaba por horas, a veces hasta días, y que ciertamente eran instintos heredados de su ascendencia del Nether. Comparado con lo que Skeppy había podido observar de otros demonios Wither, lo de Bad literalmente no era nada. Sólo cosas esporádicas como gruñirle a Quackity después de que este hubiese estado un largo rato molestando a Bad diciendo que Skeppy sería su nuevo esposo (obviamente, bromeando) o ser bastante cortante con Puffy después de que ella le diese un beso en la mejilla a Skeppy a modo de despedida antes de partir a un nuevo viaje por altamar.

Brujas, pociones y algo más [Skephalo] [Skeppy×All]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora