Brujas, pociones y algo más [Skephalo] [Skeppy×All]

Una cueva y algo más

Skeppy admiró el fuego de la antorcha consumir el carbón por unos segundos antes de enfocarse de nuevo en el camino sinuoso que cada vez descendía más y más. El sonido de los huesos de un esqueleto traqueteando y el de un zombie lamentándose sonaba por allí, lejano y cercano a la vez. Estaba en una cueva. No una de las gigantes, llenas de vegetación exuberante, estalactitas y estalagmitas, skulk o inundada de agua, no, sino que se hallaba en una bastante normal, aunque muy extensa: llevaba quince minutos avanzando por el túnel y no llegaba hasta el fondo. Había pasado a la pizarra profunda desde hacía rato.

Ese día había ido con algunos amigos a buscar diamantes. Bad, en un principio, iba a acompañarles en ese pequeño viaje, pero finalmente se había quedado dormido y no había podido ser. Skeppy ni siquiera había intentado hacer el amago para que se levantase; lo había dejado descansar.

BadBoyHalo era alguien nocturno. Sus horarios eran de esa manera debido a la transición Nether-Supramundo, la cual colocaba los horarios de sueño de Bad durante el día y su tiempo despierto durante la noche. En el Nether jamás había existido el día y la noche, así que Bad formó su horario a su conveniencia en el Nether. Pero ese horario no encajaba con el horario que tenía en el supramundo. Trató de cambiarlo, pero terminó siendo en vano. Demasiados siglos con esa rutina de sueño no cambiaron tan sencillamente.

Explicaciones más, explicaciones menos, Bad era alguien con horario nocturno, y cuando Skeppy comenzó a salir con él, terminó siendo arrastrado al horario contrario en vez de hacer que Bad tomase su propio horario.

Así que ese tipo de salidas era despertarse muy temprano o dormir muy tarde, sacrificio que solían hacer por sus amigos. Pero Skeppy prefería dejar que su esposo descansase.

Continuó bajando por la cueva pensando en su pareja. Bad era un demonio del Nether. Uno bastante fuerte y poderoso. Su piel era oscura como la noche, sus ojos eran blancos y brillantes, llenos de vida. Tenía un par de largos colmillos sobresaliendo de su boca y un halo coronando su cabeza, además de una larga cola que siempre delataba sus emociones aunque él intentase ocultarlas. Se agitaba tranquilamente de un lado a otro cuando estaba feliz, se movía violentamente cuando estaba enfadado, se quedaba abajo y apenas se movía cuando estaba triste, se inclinaba a la izquierda cuando mentía… cosas qué se iban notando conforme los años pasaban y descubrían cosas el uno del otro.

La primera vez que BadBoyHalo se presentó ante él en una expedición solitaria al Nether, Skeppy tuvo dos pensamientos simultáneos: «Este tipo podría matarme de un golpe» y «Es tan jodidamente guapo». En esa ocasión, Bad no le prestó más que un minuto de atención antes de irse volando lejos. Skeppy trató de ignorar todo y fingir que había sido sólo una experiencia curiosa, pero no pudo hacerlo.

Pronto se encontró volviendo al Nether mucho más seguido de lo necesario para encontrarse con ese demonio. Reconoció el sitio habitual en el que se encontraba y acudía cada que podía. A veces tardaba horas buscándolo, otras minutos. Conforme pasaba el tiempo, se volvió tan fácil encontrarse con él que hasta parecía que el demonio lo estaba esperando para pasar el rato. Y quizás lo hacía, jamás le había preguntado. Entonces, así pasaba sus días con BadBoyHalo, el demonio Wither del Nether. Molestándolo, hablando de todo con él, aprendiendo cada pequeño detalle, invitándolo a pasar tiempo con él en el supramundo, presentándole a sus amigos, pidiéndole que se mudasen juntos, teniendo citas, pidiéndole ser oficialmente una pareja, mudándose juntos, el demonio pidiéndole matrimonio…

Skeppy recordaba claramente que, en dado momento de su vida, se encontró acurrucado en la gran cama king size que Bad y él compartían en la mansión que habían construido juntos, al lado del mismísimo BadBoyHalo, sólo escuchando su respiración tranquila mientras dormía, y pensó «Wow, de verdad me casé con la mejor persona existente en todas las tres dimensiones» y se dio la vuelta para abrazar a su marido.