Susurros del Corazón

Capítulo 4: No llegará.

((¡Buenas! Bienvenidos/as a un nuevo capítulo~
En esta ocasión, encontramos a un nuevo personaje, a una pequeña llamada Mei. Y Grahim descubrirá solo una pequeña parte de un enorme secreto.
Ahora si, ¡Disfruten!~))

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Grahim, seguía observando cómo los niños jugaban, y las niñas, charlaban.

Logró escuchar un leve murmuro por entre las chicas.

Hablaban sobre él.

Sintió una leve punzada muy dentro de él. No lo podía creer, chicos que ni siquera sabían su nombre, hablaban sobre él.

Luego los niños se unieron al grupo de las chicas para enterarse de lo que tanto murmuraban. El chico notó como las miradas se apartaban de él, y al alzar la mirada al cabo de un rato, se dió cuenta de que aquellos chicos que hablaban sobre él, habían cambiado de objetivo.
Ahora, la víctima, era una niña de muy baja estatura, parecía muy débil y frágil. Tenía un vestido azul cielo, que combinaban con los ojos azules de la pequeña, y un cabello muy claro, como la mismísima arena del desierto de Lanayru.

La niña, clavó la mirada en el piso, y caminó con paso lento hacia una roca pulida, cerca del camino, en la cual, se sentó.

El director, con paso rápido llegó al lugar, se había tardado mucho, a pesar de que estuviera casi ahi mismo...

Estaba meditando de ¿cómo le explicaría al niño, que el Neburí que tanto esperaba... Nunca llegaría?

Él de piel grisácea se levantó, y dejó la ofrenda en el pilar que su mentor le había señalado.

El tiempo pasó, y cada niño que se encontraba esperando en la Efigie, terminó montando en su nuevo y propio Neburí.

Todos al parecer ya tenían su propio regalo, por asi decirlo, de la diosa. Menos el peliblanco.

Gaepora respiró hondo, acercándose lentamente al niño, quién miraba al cielo esperando a su Neburí.

-- Grahim... No sabes cómo lo siento... Pero... Al parecer, tu Neburí no llegara hoy...
-- Oh... Entonces... Mejor volvemos maña...
El mayor interrumpió.

--No, Grahim... No va a llegar...

--¿...A qué... Te refieres?

El niño vió incrédulo a su mentor, mientras que éste lo veía algo frustrado.

--Verás... ...Solo los Hylians... Son bendecidos por parte de los dioses... Es decir... Tú... No puedes tener un Nebu....

Un chillido muy agudo se apoderó del ambiente del lugar. Los niños sobresaltaron y corrieron, gritando.

Gaepora solo se quedó contemplando al Celestail -sin saber qué hacer- que con velocidad se acercaba a Grahim.
El niño... Estaba inmóvil.

No se sabe si es porque estaba maravillado con el animal, o estaba totalmente aterrado.

...De golpe, el niño cerró sus ojos bruscamente, esperando lo peor...

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((Jope...
Pobre Grahim, ¿Eh?.
¿Cómo tomará la noticia?
¿Acaso descubrirá lo que realmente es?
¡Descúbrelo dentro de poco!)) ~