En donde Quackity tiene que cuidar a su hermanito y se disfraza de Peppa
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No mames ama, ¿por qué tengo yo que cuidar a ese niño?
—Ay mijo, es tu hermano y tienes la obligación de cuidarlo
—Pero... —Staxx lo interrumpió
—Ni modo, tu papá y yo tenemos una comida con doña chelita, si cuidas bien a titanicus tu apa te comprará el juego ese que tanto quieres.
>>—Pero eso sí, no quiero que Titanicus me dé una queja tuya, ¿eh?, si lo haces llorar aunque sea una vez olvídate del mendigo juego.
Los ojos de Quackity se iluminaron al pensar en su tan querido videojuego, asintió energéticamente a lo dicho por su ama.
—Sisisisi, ustedes váyanse sin preocupaciones, Titi y yo nos divertiremos un chingo. ¿No es cierto Teta- digo titi? —El más pequeño lo golpeó —Ya pues, perdón.
Una vez que los mayores se fueron, Quackity solo atinó a dejar al titis en el sillón
—Haber pinche chamaco miado, como un buen hermano mayor me tocará cuidar de ti, sin embargo, no quiero nada de lloriqueos ¿entendiste?
—Du
—Habla bien pinche niño
—Du
—O que la chingada, ¿Quieres ver la tele?
—Du
—Va, hay que ver a Peppa la puerca —Tomó el control de la mesita que se hayaba a un lado buscando el canal de niños —Que suerte tienes Titi, justo está Peppa.
Después de 10 minutos viendo el programa infantil, Quackity estaba aburrido, no entendía como a su hermanito le podía gustar esa caricatura tan mierda
—Al fin se terminó esa mamada, es que no chingues Titi ¿Cómo te puede gustar eso?
>>— Sabes titi, en mis tiempo yo veía que Phineas y Ferb, el chavo del ocho, puros programas vergas y no mamaditas como estas... —El sonido de la tele lo interrumpió
—[Regresamos con el maratón de Peppa en Disney junior]
—No mames, ¿en serio estará esta pendejadas todo el punto día? —El niño sólo se reía, le parecía muy chistoso ver a su hermano quejarse
>>—Oye ¿Quieres que te cuente la verdadera historia de Peppa la cerda?
—Du
—Conste que tu dijiste que sí —Apagó la luz de la sala y la televisión, mientras que con su celular prendió la lámpara apuntando la misma hacía su cara.
