II

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Quien diría que yo, aquel frio hombre al que no le importo matar todo lo que tuviera vida, estaría aquí escribiéndote una carta, declarando que te extraña más que a cualquier cosa, como el aire al viento, como las flores a la luz de la mañana. 

Aunque a regañadientes lo acepte, no pensé que este pedazo de objeto se volvería mi más fiel confidente, recuerdo el día en que me lo diste, con aquella gentil sonrisa, y yo como siempre con mi cara de malos amigos. 

Pero eso no evito que tuvieras la valentía de acercarte y dármelo, esperando claramente las consecuencias de su atrevimiento.

 <<" Es para que lo uses en lo que más necesites">>, y siempre sonriéndome feliz, como siempre lo fuiste. 

Te ofendí, aunque no era lo que quería hacer, no podía evitarlo, y antes de que pudiera pensarlo ya había arruinado la situación, era la primera cosa que me regalaban, y lo arruine, pero no tenía nada más que hacer, ya todo estaba hecho. 

Desde ese día no lo había usado, pero un día cuando menos lo esperaba ya estaba escribiendo en aquel objeto. 

<<" Te amo">>. 

Nunca olvidaría que llegando o regresando a una misión, siempre podía escucharte aparecer de la nada, siempre intentando conseguir una salida conmigo, aunque siempre terminaba negándome a aquello. 

<<" ¿Quieres ir a comer Ohagi?>> 

Te mire extrañado, preguntándome, ¿De cómo sabias que me gustaba el Ohagi? 

<<" ¿Cómo sabes que me gusta el Ohagi?">> 

Más sonreíste y evitaste la pregunta. 

Eso solo hizo que me enfadara.

 <<"Gyomei Himejima, maldito buda ciego, habla ahora sino quieres que te golpe">> Te había dicho molesto.

 Como odiaba aquello de tu parte, me molestaba que tuvieras toda la atención de todos, y todos no te dejaran en paz. 

Siempre me hacía hervir la sangre al darme cuenta de que siempre estabas acompañado por alguien, y que ese alguien no era yo. 

Mientras yo siempre estaba solo, porque todos me tenían miedo, me odiaban, o de plano me ignoraban, y aunque eso sinceramente me importaba muy poco, más me dolía ver que mi comportamiento termino alejándote poco a poco de mí, hasta que me dejaste atrás como los demás lo hicieron. 

Podría tolerar muchas cosas, menos, que me abandonaras, aunque yo no lo aceptara. 

Me sentía un completo cobarde por no ser lo suficientemente valiente, pero mi mas gran temor un día se hizo realidad. 

Tan real que parecía una mentira mal contada. 

Tan fuerte que eras, todos te idolatraban por lo mismo, habías sobrevivido a tantas batallas, y misiones, y aun así nunca pensé que morirías en alguna de ellas. 

Intente detenerte, pero como siempre termine fracasando como siempre. 

<<" ¡No lo hagas, no es necesario!">> 

Pero seguiste tu corazón e hiciste lo que siempre hacías; 

"Proteger a los débiles".

 Y ese día entendía lo que me tardo tantos años en comprender. 

Lo que significaba para ti, el proteger lo que más te importa y quieres, aunque con eso tengas que dar tu vida en compensación. 

Mientras yo, yo solo lo hacía por diversión y odio.

Muchas cosas nos diferenciaban, y esas mismas cosas impedirían siempre que pudiéramos estar juntos, de todas formas.

 Eras el más efímero segundo que tuve en mi vida. 

Gyomei Himejima. 

Bird  (HimeSane) [KNY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora