VI

8K 680 48
                                    

Jungkook

El corazón se me detuvo en el momento en que mi teléfono vibró, anunciando la notificación de un mensaje. Un mensaje de Jimin. Sabia que yo mismo me había lanzado a esta situación al confesar que había dejado algo en su casillero pero, aún así, no podía evitar sentir los nervios escalando por todo mi cuerpo.

"Te espero en los vestuarios".

Mentiría si dijera que no me asustaba saber su reacción, conocer su respuesta a mi obsequio, porque de alguna forma u otra, las cosas siempre habían resultado así con Jimin. Todo parecía totalmente indescifrable cuando se trataba de él. Era esperar lo inesperado en cuanto a sus acciones y su sentir. Parecía como si fuera un experto en usar una máscara para cubrir toda emoción que llegase a sentir.

Un experto en fingir.

Habían sido incontables las veces en que me hubiera gustado poder leer a través de sus ojos, como si de un libro abierto se tratara. Y si, tal vez en un momento lo logré. Logré quitar su máscara y la verdad es que... desde ese entonces no pude olvidarme de aquella versión de Jimin.

El verdadero Jimin.

Necesitaba que se repitiera ese momento porque algo me decía que valía la pena dar ese paso, aquel que hiciera lo necesario para revivir ese momento otra vez. Algo en el fondo de mi corazón, decía que simplemente habíamos comenzado con el pie izquierdo, que tal vez... solo si tal vez revirtieramos las cartas, las cosas podrían dan un giro.

Un giro para bien.

Fue ese sentimiento tan fuerte, el que me había impulsado para intentar cambiar las cosas. Me alentó lo suficiente como para comprar aquellas flores para Jimin. Había resultado como un impulso pero, a la vez, estaba seguro que había sido más el cansancio hablando por mi. Cansancio de estar peleando por tonterías, o más bien, siguiéndole el juego de niños que llevábamos teniendo desde hace casi dos años.

¿Había posibilidades de que él estuviera en la misma página que yo?

No estaba seguro, pero había decidido arriesgarme. Ahora faltaba que Jimin estuviera dispuesto a arriesgarse.

Ya estaba cansado de fingir una tonta rivalidad.

Sigilosamente, me adentro al silencio de los vestuarios. Habia tanta calma aquí, lo cual no hacia más que incrementar mis nervios. Era como escuchar mis pensamientos y suposiciones por todas partes.

La mayoría de los estudiantes se encontraban en clases o en la cafetería, nadie ocupaba este lugar más que Jimin y yo, y no sabía si sentirme preocupado por ello o sentirme aliviado por poder tener una conversación a solas con él.

A este punto, no me sentía seguro de nada.

El sonido de unos zapatos golpeando el suelo con inquietud, me hizo concentrar mi visión en la figura que se encontraba sentada al final de los vestuarios.

Jimin.

Se encontraba encorvado con su cabello castaño cayendo sobre su rostro y dejando a relucir ese atuendo que me había dejado boquiabierto en la mañana. Su atención parecia estar puesta en la rosa que sostenía entre sus manos y con la que jugaba con una inquietud evidente. Sus pies hacían aquel golpeteo involuntario contra el suelo. Suponía que se encontraba nervioso.

¿Y si tal vez él...?

No. No quería hacer suposiciones precipitadas y mucho menos, hacerme ilusión.

Sin querer hacer más larga la espera, decido carraspear mi garganta para llamar su atención. Jimin salta sobre su lugar ante el sonido repentino y me observa con sus bonitos ojos inocentes.

Fake | KM auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora