XVI

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Jimin

Había pasado un largo rato desde que inició la fiesta, así que no era una sorpresa la gran cantidad de alcohol que ya estaba recorriendo por todo mi cuerpo.

Honestamente, me gustaría decir que había estado bebiendo por diversión, pero la verdad era otra. Habian muchos sentimientos pasando por mi cuerpo y muchos pensamientos carcomiendo mi cabeza. Me sentía exhausto mentalmente y quería apagar por un momento aquellas voces, aquellos miedos y aquellas inseguridades.

Quería que todo se detuviera por un momento.

Y si, tal vez debería sentirme satisfecho por el triunfo de esta mañana. Pero no era así. Ganar no había llenado ningún vacío de mi interior, mucho menos las vacías felicitaciones de mis padres. Aun me sentía de la misma forma que antes de la competencia. Nada había cambiado y dudaba que pudiese cambiar.

Y eso, estaba matándome por dentro.

¿Qué debía hacer para sentirme bien?

Mi duda se resolvió un poco al ver a Jungkook en los vestidores, luego de la competencia. Hasta podría decir que mi mente se aclaró al ver su sonrisa honesta y su felicitación hacia mi. Sin recelo, sin rencor. Siempre tan transparente como lo era Jungkook.

¿Cómo podía ser tan gentil conmigo luego de lo que pasó? Me sentía una mierda.

Él siempre había sido tan bueno, y es allí cuando me daba cuenta que la mayoría del tiempo yo era quien le buscaba pelea. De alguna forma, lo admiraba y quería ser más como él. Quería poder ver las cosas como las veía Jungkook y disfrutarlas como tal. No iba a negar que había veces en que él iniciaba nuestras peleas, no es un santo, pero de alguna manera siempre lo hacía con cierto cariño, a su forma y sin intentar herir al otro.

¿Por qué no lo vi antes?

Me sentía un tonto. Y aún más, al darme cuenta que mantuve mi mente ocupada toda la noche por una simple cosa: Jungkook aún no llegaba. No me sorprendería que se hubiera arrepentido de venir. Quiero decir, ¿por qué vendría? Estaba siendo muy iluso al pensar que con una petición mía, él vendría corriendo.

Que tonto.

Dios, necesitaba dejar de pensar.

─ Iré por otra bebida ─le hago saber a mis amigos.

Puedo notar como ellos quieren decir algo al respecto, pero decido irme rápidamente antes de ello. No estaba de ánimos para oír regaños. Sólo quería dejar de pensar un poco y tratar de divertirme.

Antes de poder llevar a la improvisada barra que habían armado mis compañeros, me choco con un chico.

─ ¿Acaso no ves por dónde...? ─comienzo a despotricar pero me detengo al ver de quien se trata─. Oh, viniste.

¿Y como no? Parece que mi vida se volvió un jodido cliché porque allí está la persona de la que no he podido dejar de pensar en todos estos días y, para agregar, en toda la noche. Jungkook, sonriéndome con cierta vergüenza y timidez.

¿Cómo podía verse tan atractivo y adorable al mismo tiempo? Era injusto.

─ Tú querías que viniera, Park ─me recuerda, haciendo crecer aún más su sonrisa─. Así que... aquí estoy.

─ Uhm, eso veo ─menciono, tratando de disimular la efusiva emoción que sentía por dentro.

Él sí había venido. La bebida podía esperar.

─ ¿Qué? ¿No estás contento de que viniera? ─cuestiona con cierta confianza que no vi venir, mucho menos ahora─. Me dueles, Min.

A pesar de haberme ignorado durante tantos días, aquí estaba... tratandome como siempre. ¿Cómo podía actuar con tanta naturalidad? No entendía. Quería golpearlo por hacerme sufrir tantos días, aunque sabía que lo merecía en cierta parte. Quería preguntarle si él también la había pasado tan mal como yo, durante esta semana. Quería saber si no había sido el único que pensó tanto y se sintió miserable.

Quería hacer tantas cosas, pero no hice ninguna. Simplemente, me quedé allí observando sus grandes ojos oscuros que no despegaban su atención de mi.

¿Siempre habían sido tan bonitos?

Tal vez si. Tal vez simplemente no me animaba a admitirlo antes.

─ No creí que me harías caso ─suelto, con cierta honestidad.

Su mirada parece volverse más suave, pero sin quitar el jugueteo en sus ojos. Sabia que no me la dejaría tan fácil, que tal vez no me dejaría ver sus sentimientos con tanta facilidad y créanme, que lo entendía.

─ Pues ya ves que a veces puedes ser bastante persuasivo ─bromea.

De acuerdo, podía seguirle el juego por un momento, así que le sonrió socarrón.

─ Lo sé ─continuo, confiado.

─ Idiota.

Finge molestarse y golpea sutilmente mi hombro, lo cual me hace querer reír. Rapidamente, alcanzo su mano impidiendo que regrese a su sitio y la mantengo allí, sobre mi hombro. Siento al instante que el cuerpo de Jungkook se tensa, obviamente no vio venir eso. ¿Y honestamente? Yo tampoco. Pero de alguna forma, sabía que me había impulsado el sentimiento de sentirme bien nuevamente. Volver a ser nosotros otra vez y por la manera en que él me miraba... sabía que se sentía igual.

¿Entonces también me extrañaste? Pregunté en mi interior, mientras seguía observándolo.

Me sentía como en nuestra propia burbuja personal y quería quedarme allí todo el tiempo que fuese posible.

─ Esto se siente como un deja vu, ¿no crees? ─pregunto con suavidad, sin querer romper el momento.

Lentamente y algo aturdido, él asiente con su cabeza pero se detiene de repente. Como si algo hubiese llegado a su mente.

─ Creí que no querías saber nada de esa noche ─confiesa vacilante. Toda su confianza había caído en picada y sentía ganas de abrazarlo al verlo así.

Ya no quería hacerle mal.

─ Mentí ─suelto─. Cada momento de esa noche... no he podido sacarlo de mi cabeza, Jungkook. Aún recuerdo cada cosa que hablamos y que hicimos.

─ ¿Qué? ─suelta en un jadeo y con toda la intensión de querer dar la media vuelta.

Pero sostengo su mano con más decisión y logrando que no pueda huir sin antes dejarme hablar.

─ Yo ─comienzo a sentirme nervioso─. Quiero que hablemos. ¿Podrías permitirme eso? Si no quieres lo entenderé pero realmente me gustaría aclarar las cosas contigo. No he estado siendo muy honesto del todo y yo...

─ Esta bien, Min ─me detiene, apretando levemente mi mano─. Te escucharé. Tú me escuchaste aquella vez.

Y me sonríe.

Una oportunidad...

── 💧 ──

Fake | KM auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora