Diente de León

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Este sentimiento ha madurado, ha llegado a su cumbre,
esta sensación alegró mi vida, para mi fue una lumbre.
Ya maduró y como diente de León se deshace entre mis dedos,
vuela en el viento, vuela como un amor loco, no uno cuerdo.

Vuela mi dulce amor que nunca se cosechó,
a su propia merced fue disuelto,
sólo para sí existió,
danza como pelo de doncella al aire suelto,

y se va de mis días,
fué como un eclipse de sol,
único el amor y poco duradero.
Fué un susurro solvente en el imperante silencio...

Crepúsculo del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora