Capitulo 1: La carta

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El tiempo pasaba y Willy se había alejado completamente de mí, no sabía la razón, pero eso solo significaba que estaba solo de nuevo. Caminaba por mi castillo escuchando más que el silencio del lugar hasta que un rayo cayo cercas de haciendo que me quede estático ante eso. No me esperaba que los Dioses estuvieran enojados, otro rayo cayo y esta vez un mensaje dorado apareció ante mi para tomarlo:


"Héroe Vegetta

Me comunico contigo personalmente por la siguiente situación; Eh mandado a tu casa a una criatura que esta herida y necesita de ser curada con precaución sino puede morir, hablando con los otros Dioses decidimos que tú eras el elegido para esta misión. Tu deber es cuidar de la criatura hasta que este completamente sana y pueda regresar a su hogar.

Te advierto que puede ser peligrosa por lo mismo te dejare un bozal por si intenta lastimarte mas ahora que se encuentra herida, es un macho joven de 2 años de edad. Cuídalo bien y quien sabe, tal vez este amigo te traiga suerte en tu vida. Se me olvidaba mencionar que no debe ser visto por ninguno de los Héroes, es un secreto entre tú y los Dioses.

Atte

Heberon "


Me quede analizando la situación para ver que frente a mi, había un cofre y en este había un bozal de canasta, varias cosas medicas y comida; Me llamo la atención que eran frutas verdes y cosas dulces. ¿Qué clase de criatura me habían mandado los Dioses? Tome el bozal y entre a buscar una rienda para poder llevar al animal dentro del castillo. Un nuevo rayo cayo y con eso me encamine fuera de mi casa para ver frente a la puerta una criatura peluda de un hermoso pelaje blanco, estaba acostado a un lado dejándome ver su lomo herido, la sangre lo cubría y su melena negra estaba enmarañada, una larga cola parecía a la de un estegosaurio descansaba en el pasto, me acerque y escuche un gruñido que me llamo la atención, la cabeza se había girado dejándome ver las facciones de un lobo combinadas con un león. Sus caninos eran visibles y eso me decía que estaba enojado. Sus orejas estaban ocultas detrás de melena al tiempo que la sangre caía de una herida en su hocico.

-Tranquilo- Le hable con suavidad-. No te hare daño, simplemente quiero ayudarte

La criatura me gruño para ver que giraba su cuerpo con un lloriqueo apoyándose en su pecho y vientre haciéndome ver que su pata delantera estaba rota, me acerque un poco mas y de la nada una llamarada de fuego me hace saltar por reflejos a mi lado derecho para ver que había salido de la boca de la criatura. Estaba asombrado al ver las habilidades que tenia pero necesitaba ayudarlo por lo que me acerque rápidamente y con precaución logre agarrar su hocico cerrándolo con suavidad poniéndole el bozal de hierro. El peludo me gruño de nuevo para ser golpeado por su cabeza lanzándome unos metros lejos. Vaya que tenia fuerza.

-Tranquilo, calmado. Confía en mi- Le digo acercándome de nuevo-. No quiero lastimarte

La criatura me gruño de nuevo y se quedó acostado en el césped mientras dejaba que lo tocará del cuello, encima de su melena. Poco a poco fui acariciando su cabeza antes de incitarlo a que se levanté, los segundos pasaron y cuando creí que tendría que curarlo allí se levantó apoyándose en sus tres patas antes de agarrarlo con cuidado del bozal empezando a guiarlo por el castillo hasta mi sala de trabajo dejándolo dónde antes tenía mi cama, busque lana para hacerle una alfombra mullida y ver que se acostaba viéndome con atención. Suspiré para buscar mis cosas médicas antes de ver como se intentaba sacar el bozal con su pata sana.

-Deja que te cure y luego te lo retiro- Le hable con suavidad viendo que se detenía

Poco a poco fui viendo sus heridas, prestando atención a la de su pata rota, que enyeso y vendo. Su lomo era otra historia, cortes profundos cerca de sus hombros; 35cm de largo por una anchura de 15cm con una profundidad que llegaba hasta la columna vertebral, coci los cortes con sumo cuidado para aplicar ungüento analgésico y antiséptico antes de ver como se quedaba tumbado en la lana calmadamente. Lo acaricie un poco para retirarle el bozal viendo su hocico herido, lo cure preocupado de que me soltara la mordida pero no lo hizo. Me dedique a recoger todo el tiradero que había hecho para salir del lugar buscando un plato donde dejarle comida; un ladrido me llamo la atención viendo a Nocturno que se me acercaba moviendo la cola.

-Hola amigo, ¿quieres ver al nuevo ocupante del castillo?- Le pregunte para ver como me ladraba contento-. Ven

Lo lleve a donde estaba la criatura semi dormida, deje con cuidado el plato para no alterarlo y sin mas me retire pero Nocturno se quedo allí. Rogaba que el enorme canino no le hiciera nada para ocuparme en mis cosas, necesitaba ir a buscar hierro y plantas para la magia pero no podía dejar al animal herido solo. Corría el riesgo de que alguno de los chicos entrara y lo viera, suspire para buscar mi saco de dormir dejándolo en la sala para acostarme escuchando la respiración tranquila de la criatura.

-¿Qué criatura serás?- Me quede pensando mientras me dormía lentamente

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A la mañana siguiente, me desperté sintiendo un calor en mis piernas para ver a Nocturno que desperté con cuidado para levantarme y al estirarme ver como el canino estaba lamiendo el yeso de su pata. Me acerque rápidamente para notar su mejoría, era poca pero ya no me gruño cuando me vio.

-No te lamas amigo, eso es para curar la pata rota- Le digo suavemente acercando mi mano para poder acariciarlo pero el retrocedió aun desconfiado-. De acuerdo, no te toco. Deja traerte tu almuerzo

Tome el plato notando que estaba completamente vacío para llenarlo de nuevo al tiempo que le llevaba un valde de agua para ver como la tomaba, su oreja cortada era notoriamente hecha por un mordisco. Me quede observándolo bajo la luz del sol para pensar en un nombre; no siempre podía llamarlo criatura o canino...

-Ya se... - Dije contento para captar su atención-. Te llamaras Loup 

LukuarichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora