𝐀𝐥𝐞𝐭𝐞𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧

1. "Mi nombre"

Las leyendas a veces son realidades alternativas de la vida de una persona. Nadie sabe a ciencia cierta quien fuiste en tu vida pasada, y mucho menos que clase de acciones tomaste y que errores cometiste para que en esta vida estuvieras pagándolo con cierto tipo de sacrificios.

El gran océano azul, lleno de misterios y soledad, un inmenso mapa sin explorar lo suficiente para describir las maravillas que se habitaban en el fondo, tesoros perdidos y criaturas que nunca creerás que existen.

Su aleta se movía con rapidez, viendo los cofres llenos de nuevos materiales que no conocía. Unas perlas unidas a un hilo y jarrones que parecían de oro, nada que le gustara conservar y nada que pudiera utilizar. Se movió unos metros mas, quitando los peces molestos que interferían su camino en busca de nuevas cosas que podría guardar en su propio cofre.

Una brillante pulsera de color verde jade estaba flotando a su alrededor, curioso lo tomo y lo miro detenidamente, ignorando las letras en otro idioma se lo puso. Su muñeca ahora adornada lo hacía lucir mejor, eso creía el.

La preciosa sirena con cabello rizado nado hasta la superficie al ver brillar el agua. Su cabeza salió y respiró el aire terrenal. Sus ojos verdosos miraron el sol, cegándolo por un momento antes de ver las montañas no tan cerca de donde estaba. Entro al mar de nuevo, mirando los peces venir hacia el, sonrío tomando uno de ellos con delicadeza.

"¿Sabes porque todos se dirigen en sentido contrario?"

El pez abrió su boca, simulando hablar mientras las burbujas desaparecían.

"¿Tormenta?"

Harry soltó el pez inmediatamente, dejándolo ir, nado rápidamente escuchando un fuerte sonido. Salió a la superficie por segunda vez, mirando las nubles blancas tornase grises, los truenos iluminando su rostro pálido. Bajando de nuevo, vio cómo la marea estaba apunto de golpearlo así que volvió a nadar, siendo la marea más rápido que el, quedando inconsciente por la fuerza del agua agitándolo de un lado a otro.

Sus ojos cerrándose al entrar en contacto con el agua salada, no llegando a sentir el golpe de la roca contra su nuca, quedando inconsciente sin poder llegar a su hogar.

⟣☪︎⟢

La odiosa luz del sol iluminaba su cuerpo caliente. El mar golpeando su cuerpo una vez más hasta sentir arena, extraño al sentir textura nueva en la piel de su cuerpo, por la extrañeza de estar tocando algo no conocido, empezó a abrir sus ojos suavemente, acostumbrándose a la luz y su entorno. Gimió de dolor por su cabeza, dejó que sus manos fueran hacia la zona, sintiendo húmedo, miró sus manos y un especie de líquido rojo adornaba las yemas de sus dedos.

Miro a su alrededor, viendo que estaba detrás de una roca enorme y el agua apenas lograba tocar su cuerpo. Intento ponerse de pie con sumo cuidado, jadeando cuando se dio cuenta de lo raro que se sentía su aleta, miro hacia abajo, notando lo tan diferentes que se veía a diferencia de su aleta rosa.

"Mmm".

Miro lo que parecían manos largas, movió lo que parecían sus dedos, riéndose cuando movió a lo que llamaban piernas, sus manos tocaron la suavidad de sus ahora nuevas piernas.

Entonces era cierto. Una sirena podría convertiste en un humano una vez alcanzara la edad adulta.

Miro a sus alrededores más despierto, buscando alguna señal de vida pero fracasando al ver la playa desierta; se puso de pie, caminando unos pasos para acostumbrarse a la nueva sensación. Su cuerpo desnudó quemándose por la intensidad del sol, necesitaba ocupar lo que los humanos utilizaban para cubrir sus cuerpos.