6. LA MITAD DESCONOCIDA

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Imaginemos que un día normal descubres que toda tu vida no es como la creías, más específicamente, tu familia, ese núcleo en el que creciste no es lo mismo y ahora existe un integrante más, ¿Sería raro?, ¿Cómo reaccionarías?, ¿te cuestionarías sobre la situación?, ¿cuestionarías a los demás?, yo lo haría, de hecho, si no me equivoco, eso fue justo lo que hice.

Pero seamos sinceros, todos esos cuestionamientos y más no llegaron el día que supe de tu existencia, sino años después.

Para mí era normal decir que existías y que lugar ocupabas en mi vida, porque no eras algún extraño que apareció de repente, mis tíos, mis primos, más bien, toda una familia conocía de tu existencia y conocían de mi existencia. Sin siquiera conocernos ni hablarnos en ese momento, yo había creado una conexión interesante contigo.

Y digo interesante porque lo único de lo que tenía conocimiento era tu nombre y nuestra relación sanguínea, nada más. Lo poco que sabíamos la una de la otra era por medio de terceros.

"Ella está muy emocionada de conocerte, ¿tú la quieres conocer?"

"La vi hace unas semanas y espera el día en que se conozcan"

"Dos días después de que te fuiste, ella vino"

"Parece obra del destino que nunca se encuentran"

"Estuvo una semana de vacaciones con nosotros"

En verdad parecía que algo conspiraba en nuestra contra para poder estar frente a frente y formalmente presentarnos, pero yo no lo veía como una conspiración, lo veía como que aún no era el momento adecuado.

Afortunadamente encontramos una manera de tener comunicación y de irnos conociendo, fue bueno por un tiempo y después de eso algo cambio y nos afectó, no sé si era la distancia, la situación o que fue, pero si a alguien no le hacía bien era a mí.

Con el paso de los años perdimos contacto directo, de repente te escuchaba mencionar en alguna conversación o en alguna llamada pero no volvimos a saber una de la otra. Tal vez el destino en verdad estaba empeñado en que no creáramos lazos y nos conformáramos con el hecho de saber que existíamos.

Pero recuerda, nada pasa por accidente, todo está meticulosamente calculado para que suceda en el momento correcto, nada pasa por casualidad, el momento nunca es el equivocado y si algo te tiene que ocurrir es mejor que estés lista.  

Un alivio para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora