11. EL PILAR MÁS GRANDE

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Pierdo todas las palabras al referirme a ti, no hay existe anda en el universo con lo que pueda compararte simplemente porque no tienes comparación alguna. Con tus altos y tus bajos, tú forma de ser, de actuar, toda tu eres perfecta.

Aunque muchas veces he querido cuestionar tus acciones o tus pensamientos, siempre busco la manera de ponerme en tus zapatos y ver las cosas desde tus ojos, desde tu perspectiva, hay veces que no logro comprender un 100 por ciento de tus actitudes pero trato de ser empática ante eso y te doy la razón.

Cada nuevo aprendizaje que llegue a mi vida que no sea cortesía tuya te entiendo más y más, principalmente los sacrificios por los que tienes que pasar día con día, porque cargar sobre tus hombros una familia no es fácil y es principalmente por lo que te admiro.

Desde el momento en que crecí y fui consciente de las responsabilidades que tenía me he asegurado de no defraudarte ni un momento, es por eso que cada día que despierto y no tengo ganas de hacer las cosas, que no cumplir con mi parte, cada vez que decido bajar un poco la guardia o simplemente quiero tirar la toalla y dejar que las cosas sigan su rumbo, siempre antes de hacerlo pienso en ti. En lo que has hecho y has dejado de hacer y es cuando reflexiono y me doy cuenta que si tú has podido seguir al pie del cañón, yo también puedo.

Cada que una nueva oportunidad toca a mi puerta pienso en lo orgullosa que puedes llegar a estar de mí o si por lo menos estará a la altura de un reconocimiento tuyo.

Mi mayor propósito en este momento es lograr que tu sientas que tu esfuerza ha valido la pena, todas aquellas desveladas, esas noches de arduo trabajo, las madrugadas por las que hemos pasado y los días en los que no nos levantamos de la silla por querer terminar las cosas bien, porque aunque digas le digas a las personas que he sido yo la que ha hecho eso, sé que eres tú aquella que siempre está al límite conmigo. Soy consciente de que no puedes dormir hasta que yo lo haga, así como una madre cuida a su pequeño recién nacido, así me sigues cuidando.

Cada día que pasamos juntas, a pesar del cansancio y las adversidades, el consuelo que tengo al poner mi cuerpo sobre la cama es que estamos un día más cerca de cumplir todos nuestros sueños, porque aunque no lo creas, tu estas en todos mis sueños, quiero que estés hasta el último de ellos, desde el más simple que es verme un día recibiendo aquel trozo de papel hasta el aquel día en que tú estás pasando tus grandes conocimientos y consejos a aquellos que serán parte de tu familia, de la familia que has construido.

Habrá días malos y días peores, pero solo quiero que recuerdes...

Estoy un día más cerca de darte la vida que te he prometido. 

Un alivio para el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora