Cinco

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La luz del día no me aclara la cabeza mejor que una noche entera dando vueltas en la cama. Después de que Gun se fuera, me senté allí, tratando de convencerme de ir tras él y recuperar mi maldita lámpara, pero en lugar de eso... dejé que se la llevara. No sé cómo sentirme al respecto.

Posiblemente sea la jugada más tonta que he hecho, y hago muchas tonterías.

Estoy despierto más temprano que la mayoría de la casa, ya que dejé de beber antes de mi fallido enganche y no volví a salir a la fiesta. Después de desmayarme sobre las cuatro, he dormido un par de horas, pero luego ha salido el sol, y aquí estoy dándole vueltas a todo de nuevo.

Termino de preparar mi batido de proteínas y me siento en la mesita. Debería estar más molesto de lo que estoy por la lámpara. Todo lo que Tay y yo hablamos ayer fue de la competencia y de estar al acecho, y luego dejé que un bombón al azar saliera por la puerta con un artículo de gran valor.

Sin embargo, en lugar de lamentar eso, todo mi arrepentimiento recae únicamente en el hecho de no haberlo desnudado. Gimo mientras mi polla se estremece al pensar en él extendido en mi cama. Esos rizos desordenados contra mi almohada, sus largos y finos dedos aferrándose a mis sábanas para vivir. Ahora mismo seguiría en la cama, eso seguro. Tal vez él también habría estado allí conmigo. Tal vez estaríamos teniendo una tercera ronda... o una cuarta.

Las escapadas sexuales de todo el fin de semana no están fuera de la cuestión para mí.

Pero tenía que ir y ser un maldito Kappa.

Golpeo con el puño la parte superior de la mesa, esperando aliviar la bola de frustración que se me acumula en las tripas. Si ese idiota no hubiera venido a buscarme anoche, podría haberme divertido con Gun antes de descubrir toda esta mierda, y luego nos habríamos separado, totalmente relajados después de una noche de sexo caliente.

Definitivamente no lo habría dejado salir por mi puerta con esa estúpida y maldita lámpara, si mi flujo sanguíneo no se hubiera dirigido al sur.

—¿Quién se ha meado en tus Pop-Tarts [tartas pre-horneadas Kellogg's]? —pregunta Ice al entrar en la cocina. Su pelo castaño está revuelto, pero por lo demás tiene el mismo aspecto de siempre.

—Te has levantado temprano —le digo, con la esperanza de desviar su atención de mis pucheros.

—Estoy en el equipo de limpieza antes de quedar con mi chica para comer. Luego trabajo más tarde.

—Sí, yo también. Juro que la cafetería me programa en cualquier tiempo libre que no esté ocupado por el entrenamiento. No tengo ni idea de cuándo se supone que tengo que hacer para los trabajos del curso.

Hace una mueca.

—Mierda, el último año. Eso suena como un infierno.

—Sí. Resulta que las carreras de negocios no son tan fáciles —No es que pensara que lo fuera, pero nadie necesita saber eso. Crecer con padres que se mudaban constantemente para perseguir un sueldo me ha hecho anhelar la estabilidad en el futuro. La universidad es toda diversión y juegos, pero en el momento en que me vaya de aquí, pienso empezar a construir una vida de verdad. Si eso significa trajes de segunda mano y un trabajo de nueve a cinco, lo haré.

La boca de Ice se estira en un amplio bostezo.

—Ah, y ¿Puedes decirle a Tay que sólo hemos agarrado a un tipo intentando salir de aquí con un cojín? ¡Un cojín! Como si no nos hubiéramos dado cuenta de que lo tenía metido en la camisa. Pensé que la gente decía que los Kappas eran inteligentes.

Me obligo a reír, con las tripas hundidas. Tenía la esperanza de que hubiesen atrapado a Gun y arreglado mi cagada.

—¿Sólo han atrapado a un tipo?

Chicos de fraternidad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora