CAPITULO 7

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CAPITULO 7

- Aldebarán - esta bien señorita Athena, una pregunta ¿Hades vendrá solo?

- Dohko - No, vendrá con Minos, Aiacos y Radamanthys.

- Kanon - y... ¿habéis pensado como decirle a Aiacos la situación de Milo?

- Shion - aun no, primero Hades tiene que saber que Aiacos es el hermano mayor de Milo, después le diremos a Aiacos sobre Milo - hizo una pausa - bien, hemos llegado, bajemos.

- Aldebarán - y...¿Qué habitación era?

- Saga - la 8...

- Kanon - no podía ser otra para el octavo guardián.

Bajaron todos juntos y se dirigieron a la habitación, aún no podían entrar, eran las 8:15 y las puertas del pasillo donde se encontraba el Escorpión Celestial permanecían cerradas con un celador haciendo guardia.

- Saga - Kanon, deja de mirar el reloj, por mucho que lo hagas no va a pasar mas rápido el tiempo.

- Kanon - lo sé, solo es que...- suspiró - tengo miedo de ver como esta...

- Aldebarán - tranquilo, saldrá de esta, todos le ayudaremos - le removió el pelo y sonrió.

- CELADOR - ya pueden pasar de tres en tres.

- Athena - de acuerdo, Saga, Kanon, Aldebarán id vosotros primero.

Los tres caballeros asintieron y entraron por el pasillo al llegar a la habitación.

- Saga - bueno... aquí es, la número ocho.

- Kanon - Sí, hay que ser fuertes.

- Aldebarán - adelante chicos, el tiempo pasa...

Y así los tres caballeros entraron en total silencio, solo se oían las máquinas conectadas al cuerpo de Milo, Kanon se llevó las manos a la boca y pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos...

Saga se acercó, le cogió la mano pero no sintió nada, el pequeño bicho no estaba allí... miró la máquina donde se reflejaban los latidos y comprobó que eran débiles, cerró los ojos para dejar escapar con fuerza sus lágrimas.

Aldebarán se sentó en una silla cerca de la cama y fue el único de los tres capaz de hablar aunque se le notaba el dolor en la voz.

- Aldebarán - Pequeño Alacrán revoltoso - los gemelos solo miraban al grandullón - siento no haberte prestado la suficiente atención.. y... y yo me hago llamar tu amigo... valiente cobarde, te dejé de lado por un malcriado manipulador y ahora mírate, siento que es mi culpa Milo, perdóname, despierta y vuelve con nosotros, el Santuario sin ti es un montón de edificios sin vida...- lo decía ya con lágrimas gruesas - TE QUIERO PEQUEÑAJO - se levantó pues habían pasado los quince minutos - ya nos veremos.

- Kanon - te quiero Milo, vuelve por favor.

- Saga - te quiero, vuelve, te necesito para molestar a Aioria.

Saga, Kanon y Aldebarán salieron llorando, no se imaginaban nunca llegar a ver así a Milo, nunca creyeron que la vida pudiera con él, era un caballero dorado sin compasión en una batalla, pero la vida fue más fuerte y una vez más ahí se encontraba el pequeño escorpión, al borde de la muerte. Cuando Athena los vio corrió hacia Saga.

- Athena - ¿cómo esta Saga?

- Saga - esta su cuerpo pero el no esta... no lo pude sentir - Athena comenzó a llorar - solo espero que si muere su alma pueda descansar por fin...

Lazos irrompiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora