La regla número uno de los psicólogos es no relacionarse amorosamente con los pacientes hasta cinco años después de terminar con la terapia.
Pero Max es demasiado terco como para seguir las reglas que los demás le imponen.
Y Venecia no puede evitar...
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𝙳𝚛𝚊𝚔𝚎 - 𝚃𝚒𝚖𝚎 𝙵𝚕𝚒𝚎𝚜.
𝟐𝟓 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟐.
𝐌𝐨𝐧𝐭𝐞𝐜𝐚𝐫𝐥𝐨, 𝐌𝐨𝐧𝐚𝐜𝐨.
Finalmente Emilia-Romaña fue el punto de inflexión, el momento en el que Max pudo demostrar que seguía ahí y que daría pelea hasta el final, que aquellos errores de las primeras carreras de la temporada no significaban nada y mucho menos sentenciaban un resultado.
Sin embargo, ese lunes de abril una nueva cita con Venecia lo esperaba y eso lo tenía un poco nervioso.
—¿Tienes planes? —pregunta Kelly con una ceja levantada mientras Max termina de guardar sus llaves en el bolsillo trasero del jean azul oscuro que lleva puesto.
—Si. —se limita a contestar con una sonrisa apretada. Por alguna razón no quiere contarle a su novia sobre las visitas a la psicóloga. Siente que es algo muy suyo y personal y, aunque acostumbra a no guardar ningún secreto, por primera vez se siente correcto quedárselo para sí mismo.
—¿Se puede saber qué planes? —vuelve a preguntar, esta vez cruzando los brazos sobre su pecho y mirándolo con una expresión de confusión.
—Iré a caminar un rato. Necesito despejarme. —dice restándole un poco de importancia.
—Oh. Entonces espera que me cambio. —contesta, dándose media vuelta lista para entrar a la habitación.
—No te enojes pero prefiero hacerlo solo. —cierra los ojos esperando que ella grite o algo pero no lo hace. Le parece extraño pero cuando vuelve a abrirlos la ve parada frente a él ya con vestida para salir a caminar.
—Ahora sí, cielo. Vamos. —dice con una sonrisa, entrelazando sus brazos y haciendo que Max tome una gran bocanada de aire intentando que nada se salga de control.
Pero, en lugar de decirle que no es eso lo que él le pidió, ambos salen del departamento sin rumbo alguno. Mientras tanto su mente solo puede pensar en cómo podría comunicarse con Venecia para avisarle que no iría.
—Que día tan bonito. —dice Kelly apenas ponen un pie en la calle. Lleva razón en aquello. La ojiverde se acomoda los lentes de sol sobre el puente de su nariz y comienza a caminar. Siempre suele caminar algunos pasos delante de Max y, a pesar de que el holandés le ha pedido que deje de hacerlo, ella parece ignorarlo. —Que oportuno el paseo, cariño. Tenía en mente hacer algunas compras, es como si nos complementáramos...
