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Extrañamente, siempre el final es el principio.
O como dijo Churchill,
"Esto no es el fin.
Ni siquiera es el principio del fin.
Pero sí que es, quizá, el fin del principio".

Capitulo 2

Viaje a la isla

— ¿Malum? — Preguntó desconcertado el oficial. — Señor, este niño enloqueció. Es imposible que una criatura así exista. — 

— Que lastima que tu pequeño cerebro no logre comprenderlo... Pero estoy absolutamente seguro de lo que he visto... — Murata alzó su mano dispuesto a darle una cachetada al menor. 

— Murata, detente. — Dijo el detective. — Mira, Tomioka. Nosotros estamos dispuestos a ayudarte a encontrar el culpable de la muerte de tus amigos y de todo lo que te hicieron, pero no podemos estar perdiendo tiempo con bromas, ¿lo entiendes? — 

— No estoy bromeando. Realmente Sabito se parece a ti, son igual de tercos y nunca me creen. —

— Queremos creerte, pero la idea de que una criatura sacada de un cuento para asustar niños no es lógico. — 

El chico no responde. 

— Chico, que es lo que realmente viste. — El detective inclinó su cuerpo hacia enfrente, en busca de causar más presión y encontrar la respuesta. 

Nuevamente el silencio inundó el cuarto. 

— ¿Qué hay de esto? — Preguntó el oficial, sacando una foto del bolsillo de su chaqueta colocándola en la mesa.

Marcas de colores en diferentes partes del cuerpo de varias victimas ya fallecidas. 

— ¿Qué fue lo que viste? — Insiste.

— Buscan respuestas que ustedes ya tienen. —

— Muchacho, debes confiar en nosotros, somos los buenos aquí, ayudamos a la sociedad y buscamos ayudarte también. —

— Saber que es malo o bueno estos días es algo que no logramos identificar. — 

— ¿Dices que somos los malos? — Murata estaba por perder la paciencia. 

— No, solo me cuestiono acerca de la moralidad de la humanidad. Ignórenme. — 

El detective suspiró. Aún recuerda haber recibido la llamada de auxilio, fue directo a la agencia para ayudar pero no espero encontrar a tantos niños muertos. Murata fue quien inspeccionó la zona en donde fueron encontrados los adolescentes incluso aún sabiendo el enojo que tenía dentro debido a la masacre de tantos jóvenes inocentes. 

— ¿Te dolió? —

— ¿El qué? ¿La muerte de mis compañeros y amigos? ¿Las heridas en todo mi cuerpo? ¿El trauma que tengo? —

— Todo eso — 

— Demasiado. — Quitó las vendas de sus brazos con delicadeza, comenzó a trazar las marcas en sus brazos. 

— Señor Urokodaki.... ¿Usted cree que hay algo peor que la muerte? — 

— ¿Qué quieres decir? —

Hubo silencio unos momentos. Urokodaki esperó paciente, sabiendo como tratar con adolescentes debido a su experiencia con sus hijos y nietos. Deja que el silencio se extienda por unos segundos, convirtiéndose en segundos, hasta que finalmente pasaron 5 minutos en silencio. 

El chico dejó de trazar con su dedo las marcas en sus brazos antes de apretarlo con fuerza debajo de la mesa.

— Los huesos hacen un sonido horrible cuando se rompen, un arma abriendo la piel de una persona también es espantoso. Al menos lo es cuando no tomaste la decisión de herirte de esa manera. ¿Pero que pasa cuando hay una alternativa? ¿Cuándo te dan la opción de sufrir no sufrir? —

Fuge, Curre et Vivere - SaneGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora