Capítulo 1

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—El día de hoy tenemos un nuevo alumno con nosotros. Viene desde México, así que asegúrense de hacerlo sentir como en casa. —bastaba con hacer mención que venía un extranjero a la clase para que llegara ese incómodo momento en el que todo el salón se calla solo para posicionar sus ojos sobre el nuevo. Y si es difícil presentarse entre todos así como en los primeros días, lo era aún más cuando solo eras tú en frente de todos.

—Adelante, preséntate.

—Soy Alex, mis amigos me dicen Quackity. Un gusto. —finaliza, hay muchas cosas fluyendo por su mente en ese momento, sumando las miradas que tiene encima solo logra sentirse aturdido. Con desgane, se sienta en el primer lugar que logra ver vacío, a él no le fascina la idea de mudarse de un país a otro, estaba muy a gusto en México. ¿Qué ha pasado? Temas de trabajo, a su madre se le presentaron nuevas oportunidades de trabajo y... Claro que no las iba a rechazar.

Obviamente no se puede enojar con ella, solo busca lo mejor para ambos, siempre han sido dos y tenía que mostrarse lo más comprensible posible. Sí, era horrible la idea de tener que empezar desde cero, pero cree que con el paso del tiempo logre adaptarse al entorno.

—Alex Quackity. —resuena una voz por detrás de él con un tono bastante agradable al oído, al ver de reojo quién le llama observa que es alguien de cabellera blanca, tan blanca como su sudadera.

—¿Hola?

—Sí, hola. ¿No es aburrida esta materia?

—¿Cómo te llamas?

—Tú dime Rubius.

¿En serio se llamaba Rubius?, ¿o era un apodo? No importaba, lo que importaba de verdad era el hecho de que alguien le había hablado, su primer paso a no sentirse excluido de toda la clase.
Durante el resto de la asignatura se la pasaron conversando en voz baja, claro, para no llamar la atención del profesor. A la hora en la que la chicharra suena, indicando que han finalizado con una clase más, Rubius vuelve a dirigirle la palabra, esta vez convenciéndole de ir a cafetería para presentarlo ante su grupo de amigos. En el trayecto Rubius iba contándole detalles sobre la escuela, se había convertido en su guía sin que nadie se lo pidiera, ni el mismísimo Quackity se lo había pedido, simplemente Rubius se había ofrecido para introducirlo en el ambiente sin que haya incomodidades de por medio.

Cuando llegan a su destino, Rubius se adelanta y Quackity se encarga de seguirlo. Ambos llegan a la par a una mesa en donde las amistades de Rubius convivían amenamente.

—Rubén, te tardas demasiado. A veces parece que vienes hincado. Y eso que apenas es lunes.

—Shhh, silencio, Vegetta. —contesta Rubius, por fin Quackity pudo saber cómo se llamaba realmente. —Me he tardado porque traigo conmigo a mi nuevo amigo mexicano. Quackity. Asegúrense de tratarlo bien. —Quackity aprecia mucho que le presente ante sus amigos pero ¿qué forma de presentar a alguien es esa?

—Alex Quackity, hola. —dice nervioso mientras toma asiento.

—¡Ey! qué coincidencia, yo también soy Alex. Alexby.

—¡Yo era el que estaba presentando! —interrumpe Rubén. —Mira Quackity, ese es Vegetta, Alexby, Willy, Frank, Fargan, Loli... ¿Dónde está Lolito y Mangel?

—Mangel ha tenido problemas con matemáticas, así que Lolito se ofreció a darle tutorías.

—¿Por qué no te ofreciste tú, Vegetta? Tus calificaciones en matemáticas son espléndidas. De hecho, en todas las materias.

—No me meto en sus cosas.

—Bueno, Quackity, algún otro día los podrás conocer. Ambos son muy majos.

Amari: Obsessionem | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora