Riders on the storm

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Los jugadores ingleses y españoles enfilan el túnel de vestuarios en dirección al césped de Wembley. Concentrados y serenos están los ibéricos, ahora más que al inicio curiosamente, a pesar del resultado adverso (2-1). Los equipos cambian de campo, con España situada ahora en el lado izquierdo de la pantalla. Unai Simón toca los tres palos de su portería y besa el suelo, haciendo su ritual antes de que dé comienzo la segunda parte.

Saltan Eric García al campo por Laporte y Rodri por Busquets. La grada española rompe en aplausos momentos antes de que el árbitro indique el inicio de la segunda mitad. La pelota es para España, que arranca el juego en los pies de Koke, quien sale disparado hacia la banda para hacerle una cesión a Ferran. El jugador valenciano trata de avanzar entre la muralla de ingleses que tiene ante sí, pero está solo, así que retrocede la bola para Eric García.

El partido prosigue y los futbolistas rivales se muestran algo más agresivos que en la primera parte, aunque vayan ganando. Antes del descanso se pudo ver a Gareth Southgate hablando de manera muy efusiva con sus hombres, indicándoles cómo actuar en los siguientes cuarenta y cinco minutos. Trippier corta furioso un ataque de Rodri. El español sale volando por los aires hasta acabar tocando el césped. Milagrosamente no se hace ni un rasguño, podría haber sido mucho peor. Tras un robo de balón, el poder lo lleva ahora Inglaterra, que sigue desplegando un juego vertical de contraataque.

Y en el minuto 60 de partido sucede algo inquietante. Harry Kane se planta en el área de España y es frenado por César Azpilicueta. La acción para cortar ese asalto acaba con la pelota rebotando en el brazo del defensa español. El árbitro señala falta y posible penalti. Los jugadores se quejan, pues el brazo estaba no muy separado, con lo que sería mano involuntaria.

-Árbitro, tengo el brazo pegado al cuerpo, ¡por el amor de Dios!-protesta César en un inglés casi londinense.

El colegiado se va al VAR a revisar la jugada. Tras unos instantes, al ver el giro de César Azpilicueta en el rebote del balón, interpreta que esa acción sí es mano. Los futbolistas de España no se lo pueden creer. Penalti en contra de la Roja.

-No, no, no-protesta Jordi Alba-¡Eso no es así, eh, es mano involuntaria!

-¡Vendido, cabronazo!-grita Rodri en español.

-Chicos, chicos, un poco de calma-murmura Dani Olmo-Que este tío todavía nos saca alguna tarjeta...

El partido está muy caliente tras esta decisión polémica. El encargado de tirar el penalti es el propio Harry Kane. Enfrente está Unai Simón (que viste de negro), quien pese a la injusticia que están sufriendo no pierde la serenidad.

Tranquilo, Unai-se dice a sí mismo-Tu puedes con esto, eres aire, brisa y viento huracanado. Eres un junco-inspira y espira profundamente con los ojos cerrados. Después fija su mirada en Harry Kane. El delantero del Tottenham espera unos segundos, coge carrerilla hasta el balón y dispara. Unai adivina la trayectoria y se tira a su izquierda, deteniendo el penalti.

-¡Y la para, la para, la para! ¡Qué paradón! ¡Bendito seas, Unai! San Simón ha salvado a España del 3-1. ¡Bravo!-chilla Manolo desde su cabina en la retransmisión radiofónica.

Unai se levanta con los brazos en alto y suelta un grito mientras Koke, Pau y Eric se acercan a abrazarle.

-¡Estamos vivos! ¿Me oís, hooligans? ¡No vais a poder con nosotros tan fácilmente!-grita el guardameta dirigiéndose a la grada, descargando toda su rabia por ese penalti injusto, y que el karma afortunadamente no quiso transformar en gol.

El juego se reanuda con pelota para España. El esférico está en los pies de Jordi Alba, que se lo pasa a Rodri y este a Koke. El centrocampista se ve asediado por los rivales, y busca espacios a su alrededor con la mirada. Finalmente, entrega la bola a Pedri que está algo adelantado. El culé se desmarca, da media vuelta con la pelota, burlando a la defensa de Maguire, y realiza un pase largo a Ferran, quien la estrella en el palo. España lo intenta, está cerca del empate ya que ha subido el ritmo del partido.

Gareth Gate se da cuenta de esto y en el minuto 66 realiza dos cambios para frenar las contras. Entran al campo Saka y Grealish y se retiran Trippier y Mount. Los ingleses están encerrados en su área, sufriendo el torpedeo de la Roja.

Álvaro Morata sale disparado por el centro tras ver una posibilidad de marcar, está casi solo, pero en el último segundo se da cuenta de que Walker le va a alcanzar y le da el pase in extremis a Ferran, que anota el segundo gol para España. El delantero del Manchester City realiza entonces un gesto moviendo las manos sobre su cara, simulando el baile de Pulp Fiction mientras mira hacia la tribuna de la grada.

-¡Goooooooooool de España! ¡Gooooool de Ferran Torres, que empata el partido! Inglaterra 2-España 2-grita Manolo.

El equipo ha conseguido igualar el marcador en el minuto 70 de juego, dando alas a los miles de aficionados españoles que allí se encuentran (y a otros tantos que lo ven por la televisión). Sin embargo, no todo son buenas noticias. Antes de este último pase, Álvaro fue derribado por Walker con una fuerte entrada y queda tendido en el suelo, gritando por el dolor de su rodilla.

-¡Ahhhhh!

Pedri, Ferran, Dani Olmo y Koke se acercan corriendo hasta él. También lo hace Jordi Alba, que ahora ejerce como capitán y pide asistencia médica.

-¡Qué dolor, por Dios! ¡No siento el menisco!-exclama Álvaro.

-Tranquilo, muchacho-le dice Marcelo, el médico-Te voy a colocar un vendaje.

Pasan un par de minutos hasta que Morata logra ponerse en pie, pero está K.O. El jugador camina cojeando, y con angustia en su rostro, hace una seña con la mano a Luis Enrique para pedirle el cambio.

El míster, que ya tenía a varios jugadores calentando en la banda desde hace un rato, avisa a Oyarzabal.

-Mikel, es tu momento. Saldrás como falso nueve-le dice-Tienes que pincharles todo lo que puedas. Confío en ti, ¡a por ellos, chaval!

-Vale, jefe.

El jugador txuri urdin salta al campo y al cruzarse con Álvaro Morata abraza a este con sentimiento.

-Ánimo tío. Lo siento-dice.

El partido transcurre ahora en slow tempo, con España haciendo posesiones largas y el campo lo más grande posible. El objetivo es cansar lo máximo posible a los ingleses y darles el gran golpe cuando menos se lo esperen.

Dani Olmo sale como una bala por la banda e intenta mandar un centro a Rodri que está por delante, pero Saka lo intercepta. En ese instante comienza a llover sobre Wembley, y curiosamente eso coincide con la pausa de hidratación.

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Héroes de WembleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora