𖥻1 : Los Cuernos Son Importantes

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Kim Sunoo posee dos pequeños cuernos en su cabeza.

Jungwon, no había prestado real atención a ese pequeño detalle. Se avergonzaba de admitir que ni siquiera notó que los tenía hasta la tercera cita, cuando Sunoo irritado pasó sus dedos entre su cabello buscando peirnarlo un poco, luego de que el viento del parque desordenara sus ondas negras. En ese momento, Jungwon vislumbro entre las suaves hebras unas protuberancias puntiagudas que sobresalían de su cabeza y por un instante pensó que eran bichos. Así que, su primer instinto fue quitarlos y se inclinó desde su lugar para golpear con su mano rápidamente la cabeza de Sunoo, lo que siguió después fue un fuerte dolor en su palma  al enterrarse uno de los  cuernos en su piel y el grito adolorido de Sunoo.

Al parecer sus los cuernos eran sensibles, pese a lucir tan duros como una roca, la zona contenía ciertos nervios bastante delicados al tacto y era extremadamente molesto para Sunoo cuando eran tocados incluso de forma ligera. Esa vez, su cita terminó en la sala de hospital, en donde Sunoo recibió desinflamatorios y vendaje para reparar los daños causados y Jungwon no paró de disculparse hasta que salieron del lugar.

Jungwon se sorprendío de que Sunoo no hubiera bloqueado su número luego del incidente y al contrario le asegurara que todo estaba bien, pues era común para él que los demás normalmente no notarán que sus adorables cuernos estaban ahí.

A diferencia de otras hadas, con características mucho más extravagantes que te hacían dirigir la mirada hacia ellas en segundos, Sunoo sólo contaba con un par de alas translúcidas que brillaban con gran intensidad en todo momento y los infames cuernos. Aún así, Jungwon podría asegurar que Sunoo era el hada más cautivadora que haya visto jamás. Su sola presencia atraía la atención en cuanto ponía un pie dentro de la habitación, llenando el lugar con su dulce risa que lograba hipnotizar a todo aquel que le escuchara y su impresionante capacidad para estar enérgico todo el tiempo.

Kim Sunoo era hermoso, y no había forma de que alguien pudiera decir de lo contrario. Sólo era necesario darle una mirada a sus sonrojadas mejillas y ojos marrones cautivadores para caer a sus pies. Justo como lo hizo Jungwon.

Por lo tanto, Jungwon no creyó que los cuernos significarían algún problema. Desde esa primera vez nunca había vuelto a poner su mano cerca de ellos y no había ocurrido algún accidente parecido, se podría decir que los consideraba completamente inofensivos y Sunoo tenía otros mil hábitos más resaltantes gracias a su naturaleza de hada que hacían que un calmado Jungwon perdiera los estribos fácilmente.

Pero cuando se trataba de Sunoo, Jungwon en realidad no tenía ni la más mínima idea de lo que ocurría. Tal vez, porque siendo un humano sólo conocía las cosas básicas que podía aprender en sus clases sobre «relaciones sociales de las criaturas mágicas» y aunque sus amigos  salieran con otras especies, Jungwon en realidad nunca había tenido una relación cercana a alguien que no fuera un humano antes. De hecho, sólo comenzó a entender mejor sobre la magia cuando Heeseung a los dieciséis años comenzó a salir con Jake, un brujo de quince años que se mudó junto a su familia al lado de su casa desde Australia para hacerse cargo del negocio familiar, incluyendolo de forma inevitable en la vida de Jungwon.

Era un hecho implícito, Jungwon no sabía que esperar cuando se trataba de Sunoo.

Cuando Sunoo enterró los cuernos en su mentón de forma intencional no pensó mucho sobre ello. La idea de que pudo haber sido a propósito no cruzó por su mente sino hasta mucho tiempo después.

En realidad, esa noche Jungwon se encontraba agotado, había rendido dos exámenes de las materias más difíciles para él y verdaderamente no había dormido como se debe por más de una semana, pero también era la noche en la que se estrenaba el último capítulo del drama favorito de Sunoo – del cual Jungwon no recuerda nada más que la simple trama en donde el odioso adinerado se enamora de la hija de la señora de servicio de la casa – y aunque Jungwon no tuviera demasiada energía en su cuerpo, ya había prometido que lo acompañaría a verlo. Además, no era para nada mala la idea de tener el calor del cuerpo de Sunoo contra el suyo, mientras lo sostenía entre sus brazos y aprovechaba para robarle cortos besos en los comerciales entre su charla sobre lo que sucedería en el capítulo.

Alegra Mis Días con Polvo de Hadas  ⌗ SUNWON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora