8. Amor por la eternidad

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Mi madre no la podía soportar, para ella no era normal lo que yo sentía hacia esa chica tan hermosa.

Todo en su ser era bello, su cabellera larga y negra, su vestido amarrillo de flores com el que siempre la veía, su piel pálida que hace pensar que jamás se ha expuesto al sol, es bella.

Cada día que iba al pueblo pasaba por ese puente para poder verla, y sin la necesidad de hablar con ella me enamoré.

Quería estar con ella, pero mi madre se opone rotundamente. 
Este día estaba harto de eso, tomé mi bicicleta y fui diricto al puente para encontrarme con ella.

Mi valentía de hablar con ella se esfumó una vez que baje de mi bicicleta y la vi de pie junto a la orilla del puente.

—Ho-hola —ella solo sonrió— sé que tal vez me tomes de loco pero te amo, y sé que sabes que mimadre no te acepta —su sonrisa comenzó a desvanecerse— p-pero no te preocupes por eso, no voy a hacerle caso. 

Su sonrisa volvió a su rostro al instante. A lo lejos escuché el motor del auto de mi madre, sabía que estaría aquí.

—Escucha, yo de verdad te amo y deseo estar contigo, solo dime que hacer para poder estar erernamente contigo. 

Su sonrisa creció tanto que no parecía normal, parecía una sonrisa demoniaca, me enamoré más de ella. 
Giró su rostro hacía el turbulento río que había debajo de nosotros, entendí lo que me pedía.

—¿Quieres que...?

—Es la única forma de estar juntos, será un amor por la enternidad, es justo lo que deseas, amor mío. 

Su voz tan sueve me terminó de convencer. 

—¡Hijo, no lo hagas, por favor! 

—Tienes que hacerlo ahora, o ella nos separará —susrró a mi oido.

No lo pensé más y me lance al turbulento río, a la muerte seguira que me llevaría a su lado.

—Será un amor para la eternidad. 


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