Empezando con buen pie...

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Tagus. 11:00 a.m

Llegué a Tagus en un autobús con una hora de retraso porque la alarma de mi móvil había decidido no sonar y perdí el primero de la mañana.

El ambiente allí se sentía frío pero eso me gustaba, era agradable sentir la brisa con aroma a secretos adolescentes que se percibía por todas partes.

Me dirigí a la entrada de la universidad, aún tenía que organizar unos papeles y dar algunos datos, allí me crucé con varios estudiantes que compartían miradas un tanto peculiares; entre ellos se encontraba un chico de cabello moreno y estatura media, se acercó a mí.

—Hola.

—Hola... —Lo inspeccioné con la mirada con disimulo.

—Me llamo Aleix, eres nueva por aquí? —Me miró con curiosidad.

—Pues sí, de hecho acabo de llegar y ando un poco perdida, con todo el papeleo ya sabes. —Le señalé los papeles que aún tenía que firmar.

—Oh entiendo, un verdadero rollo eso. —Emitió una pequeña risa. —Bueno, no sé si es muy pronto para decirte esto pero más tarde habrá una fiesta, en casa de un amigo, por si quieres venir y así puedes socializar un poco.

—Muy amable por tu parte, tengo que instalarme en mi habitación y deshacer la maleta, pero pensaré en tu invitación... quizás me pase por allí. —Sonreí intentando parecer amable.

—Está bien, por cierto como te llamas? no me has dicho tu nombre cuando me he presentado.

—Martina. —Me aclaré la garganta y lo miré. —Me llamo Martina.

—Pues un placer Martina, con suerte nos veremos más tarde. —Me guiñó el ojo y tras ese gesto desapareció por las escaleras.

Bueno, no entraba en mis planes presentarme en una fiesta el primer día de llegar aquí pero, lo cierto es que necesitaba conocer a gente y averiguar que se cocía por los pasillos de Tagus y alrededores...qué malo podría pasar?

Distancias PeligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora