Distancias Peligrosas

Hay que socializar un poco

Una vez había terminado de rellenar los papeles que faltaban me dirigí hacia mi nueva habitación, al entrar me encontré con una chica rubia, delgada y un poco más alta que yo. Supuse que ella iba a ser mi compañera así que la saludé con toda mi buena intención.

—Hola! —Dejó de sacar ropa de su maleta y se giró rápidamente para abrazarme como si ya nos conociéramos de toda la vida. —Me llamo Nahia, un placer!!

—Martina, encantada —Intenté sonreír pero me salió una especie de mueca rara porque para qué mentir, eso era mucha efusividad para mí.

—Te has enterado que justo hoy harán una fiesta?

—Sí, algo me ha comentado antes un chico. —Me quedé pensativa varios segundos antes de mirarla. —Si quieres podemos ir juntas porque yo ahora mismo no conozco a nadie y no me apetece mucho presentarme allí sola...

—Claro! Eso te iba a proponer ahora —Me devolvió la mirada asintiendo muy emocionada.

—Genial, iré a darme una ducha entonces. —Abrí la maleta y cogí todas las cosas necesarias antes de encerrarme en el baño.

Estuve bañándome un buen rato, la ducha me sirvió para despejarme después del viaje tan largo en autobús para llegar allí, al salir me sequé todo el cuerpo; decidí maquillarme de forma sutil y usar un vestido negro ajustado junto con unos tacones, porque no nos íbamos a engañar, quería causar buena impresión ya que era el primer día.

Al volver a la habitación Nahia ya se había cambiado de ropa, ella llevaba una falda azul junto con una blusa y se había recogido el pelo.

—Wow, así ganas muchísimo. —Me miró y mostró una sonrisa sincera.

—Gracias, tú también estás muy guapa. —Le devolví la sonrisa.

—Mi mejor amigo también irá a la fiesta y me ha mandado la ubicación. —Murmuró mirando su móvil atenta. —Está a las afueras de Tagus, podemos ir en mi coche.

—Vale, mejor, no me hace ilusión caminar mucho con estos zapatos. —Solté una pequeña risa a la que ella se unió.

-Perfecto entonces vayámonos ya.