Tírate

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Se despertó y todo estaba oscuro.

Mientras sus ojos se acostumbraban a la poca iluminación miro a todos lados buscando algún indicio de saber su localización, simplemente como había llegado ahí o si estaba sola.

Parecía ser la casa de su hermana.

Excepto que no lo era.

Había una mesa enfrente del sofá en el que había despertado y enfrente del sofá y la mesa había una televisión de los 70.

Se levantó y le dió al interruptor más las luces siguieron igual.

Al final optó por coger una vela y encenderla con un mechero que encontró en la mesa.

Salió de aquel cuarto y cruzó un pasillo sintiéndose vigilada.

Llego a la cocina.

Vió hormigas que subían por una escalera al lado de una repisa.

Las hormigas le repugnan.

Las hormigas subían por la escalera de madera le parecía curioso por lo que subió la escalera cuidando el no tocar o siquiera acercarse a una.

Llegó a una azotea.

La brisa nocturna jugaba con su cabello y le azotaba en la cara, miró el borde de la azotea sin moverse de donde estaba.

Las hormigas iban al borde y bajaban.

Algo la incitaba a acercarse, voces que le decían que se acercara.

Ella siguió a las voces y estiró la mano haciendo que ella caiga por la azotea.

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-¿Por qué llamas tan pronto?- Le pregunté a Lucy.

-La paciente 147 o Samantha Wilson a tenido una pesadilla y no logra calmarse.- Suspiró -La hemos intentado de tranquilizar pero esta muy hostil y no para de repetir "hormigas", "azotea" y "voces".

Me asomé al cristal de la habitación de Samantha, como todas las demás blancas y desoladas.

Si no fuera por el hecho de que hay 4 enfermeras intentando acercarse para ponerle un calmante.

-Hoy necesita una cita, cuando se calme mandarla a Rodrick.

Rodrick era un psicólogo especializado en la esquizofrenia.

Lucy asintió.

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Los minutos pasaban y los segundos corrían.

Había logrado escapar.

Las voces de su cabeza le gritaban que lo hiciera.

Ella pensó que si hacía caso a las voces estas callarian.

Los médicos y enfermeros le perseguían.

Llegó a un acantilado, las voces le decían que lo hiciera.

Los enfermeros llegaron pero era tarde.

<<Tírate>>

Ella ya se había tirado y curiosamente...
Un rastro de hormigas subía por el acantilado.

Cuentos para dormir. Con un toque a menta y venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora