Predestinado

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Se levantó de su silla y se estiró.

Llevaba horas trabajando en el sofá frente a su computadora y si seguía un rato más despierto se desmayaria del cansancio.

Pero aún tenía trabajo y no se podía permitir descansos.

Un café lo ayudaría.

Se dirigió al pasillo rumbo a la cocina.

Todo marchaba bien.

Ya no era un niño que temía a los pasillos oscuros.

Bueno, eso creía.

Se supone que caminaba normal y aún no llegaba a la cocina.

Siguió, el pasillo se hacía más largo, ahora si se desmayaria del cansancio.

Podía jurar que cada paso que daba alargaba el pasillo 5 pasos.

Llevaba horas ahí, estaba aterrado, su respiración era irregular, le iba a dar un infarto a este paso.

Quizás estaba en un bucle.

Empezó a sobrepensar el porqué el pasillo era infinito.

Se sintió observado.

Pasos, pasos, pasos...

Un grito tan fuerte que te podía destrozar los tímpanos...

Corrió.

No quería girar a ver que se lo iba a comer.

¡La cocina!

Iba a llegar.

¡Por fin!

Al menos eso pensó antes de tropezar y haber escrito su destino.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2022 ⏰

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Cuentos para dormir. Con un toque a menta y venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora