Capítulo 4: Las malas noticias

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Merid abrió la puerta que conducía a las cocinas, Y/N lo siguió.

-Buenos días príncipe- Saludó una sirvienta.

Merid agarró una manzana y se la arrojó a Y/N antes de agarrar una para él. Luego se detuvo en seco cuando vio un plato gigante de dulces. Se metió la manzana en la boca y rápidamente tomó la bandeja y la escondió detrás de su espalda y la trajo de vuelta una vez que estuvo fuera de la cocina. Y/N levantó la ceja con curiosidad hacia él y él le envió un guiño. Ella solo sonrió y puso los ojos en blanco.

...

Los dos entraron al comedor para escuchar al Rey Fergus contando la historia de cómo perdió la pierna por centésima vez.

-Y luego, de la nada, ¡el oso más grande que jamás hayas visto!-

Merid arrojó el corazón de su manzana por encima del hombro y miró a Y/N para ver que ella lo miraba fijamente.

-¿Qué?- Preguntó sorprendido.

-Te das cuenta de que voy a tener que ser yo quien recoja eso, ¿verdad?- resopló ella, cruzándose de brazos.

-Relájate, haré que alguien más lo haga. No hay necesidad de hacer pucheros- bromeó Merid.

-¡No estoy haciendo pucheros!- se defendió T/N.

-Awe, no te avergüences amor. Me parece adorable tu cara de pucheros- Merid se pellizcó la mejilla.

La chica apartó su mano con un manotazo y trató de ocultar el rubor que apareció en su rostro.

-Su piel llena de armas de guerreros caídos. Su cara llena de cicatrices, con un ojo muerto- El Rey Fergus les estaba contando la historia a los trillizos que parecían estar a punto de quedarse dormidos.

-Saque mi espada y...-

-¡Whoosh!- interrumpió Merid, haciendo saltar a los chicos -Un golpe, su espada se hizo añicos. Entonces "chomp"! La pierna de papá estaba limpia. Por la garganta del monstruo se fue-

-Oh, esa es mi parte favorita- se quejó Fergus.

-Mor'du nunca ha sido visto desde entonces- continuó Merid, escabulléndose alrededor de la silla del rey -Y está vagando por la naturaleza esperando su oportunidad de venganza-

Valiente (MaleMeridaxFemReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora