Capítulo 7: Los Juegos

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Maratón 1/2
Afuera del castillo, la gente se preparaba para la competencia. Un campo de hierba abierto estaba lleno de grandes tiendas de campaña, banderas y espectáculos. A un tipo le importaba mucho y lo tiró al aire lo más lejos que pudo. Aterrizó en posición vertical, pero luego cayó sobre el pie de alguien.

Otras personas arrojaban pesos pesados ​​para ver quién podía llegar más lejos, y otros arrojaban un peso sobre un poste.

Un grupo de hombres estaba jugando tira y afloja contra la mujer alta y musculosa del Clan Dingwall.

-¡Tira!- Anunció un hombre.

Los hombres lucharon contra ella, pero con un tirón, ella ganó.

Había bailarines, juegos y un oso falso que los niños podían golpear con espadas de madera.

En lo alto de una tienda de campaña, los trillizos no estaban tramando nada bueno una vez más. Un trillizo tenía una cuerda alrededor de su cintura mientras que los otros dos sostenían la cuerda con fuerza. Debajo de ellos, Maudie sostenía una bandeja de dulces y coqueteaba con un hombre.

Una vez que se fue, y Maudie estaba distraída, bajaron al trillizo y arrebató un dulce de la bandeja, y lo volvieron a subir. Maudie miró hacia donde estaba la molestia y lo bajaron de nuevo, llevándose múltiples pasteles a la boca.

Intentó bajar por tercera vez, pero Maudie lo vio y apartó la bandeja. El trillizo cayó en un barril, arrastrando a los otros dos con él. Maudie colocó la bandeja encima del barril para sellarlos.

- Niños, ya les dije, que no quiero que... ¡Oh!- Maudie jadeó cuando los chicos sacaron los pies del fondo del barril y comenzaron a correr, llevándose los dulces con ellos.

Una bocina sonó en el aire indicando que era hora de la competencia. La familia real se sentó debajo de una tienda de campaña, y Fergus se dirigió a la multitud.

-¡Ya es hora!- anunció.

-Arqueras a sus marcas- mencionó Elinor

-Sí, arqueras a vuestras marcas- repitió Fergus.

-Y que la flecha de la suerte en el blanco- añadió Elinor.

Ninguno de ellos notó que Merid pateaba su arco y flechas detrás de su asiento. Sin embargo, T/N se dio cuenta y le lanzó a Merid una mirada que decía '¿qué estás haciendo?' Una vez más, Merid le guiñó un ojo y le dirigió una mirada que decía, 'confía en mí, lo que estoy haciendo'.

Las tres hijas estaban en fila sosteniendo sus arcos. La hija de MacGuffin parecía nerviosa, mientras que la hija de Macintosh se pavoneaba ante la multitud de chicos que la miraban, y la hija de Dinwall tiraba de la cuerda de su arco con aspecto aturdido.

-¡Oye! Que inicie el torneo - Gritó Fergus con impaciencia.

La hija de MacGuffin dio un paso adelante y colocó la flecha en el arco, la tiró hacia atrás y la soltó. La flecha dio en el borde mismo del objetivo, no cerca del centro.

La hija de Macguffin gimió avergonzada cuando la multitud se rió y su padre le dio una palmada en la cara.

-Apuesto a que desearía estar tirando troncos ¿Verdad?- le dijo Merid a su padre.

Valiente (MaleMeridaxFemReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora