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Después de aquella extraña y corta charla con su lobo Hyunjin estaba muy confundido.

¿Todo aquello era posible? ¿Las historias que leyó podían volver a ser reales?

Ese día quedaron con Felix que se verían en la biblioteca.

Hwang necesitaba saber que si lo que le había dicho Sam era cierto.

Una vez que llego saludo a Jisung quien se encontraba con su novio Minho.

Fue directo al lugar donde el pelirrojo solía estar.

Fue recibido por unos pequeños brazos que lo rodearon.

—  Ey Hyunjin, te extrañe.

El rubio sonrió dejando un beso en la cabellera del menor.

—  También te extrañe, cerecita.

Ambos se sentaron en aquel sillón.

¿Qué sucede?

—  ¿Con que?

—  Bueno me llamaste para que nos encontrarnos aquí, así que algo pasa, ¿es algo grave? ¿Ya te aburriste de mi? ¿Es eso?

—  Tranquilo cachorro no es nada de eso así que sácatelo de esa hermosa cabecita. ¿Cómo podría aburrirme de ti? Si has sido una gran felicidad para mi vida.

Hyunjin beso la frente del pecoso.

¿Entonces?

—  Cerecita ¿sabes que puedes confiar en mi, no?

Felix asintió.

—  ¿Entonces porque tengo que enterarme por Sam que puedes olerme?

El menor palideció al escuchar lo que había dicho el mayor.

—  ¿Q-que? Hyunjin yo… tenia miedo, de que no me creyeras y te fueras. No lo se.

—  No podría irme. El que puedas sentir mi aroma lo único que me hace reafirmar es que fuimos hechos el uno para el otro.

—  Incluso si no pudiera olerte sabría que eres para mi como yo para ti.

—  Cerecita no sabes cuanto me alegra que seas para mi.

—  Hyunjin, me alegra que seas para mi.

—  Debo hacerlo oficial, no? Es lo que corresponde.

El rubio se arrodillo y de su bolsillo saco dos brazaletes de color dorado con un pequeño dije de una luna.

—  Cerecita, ¿quieres ser mi novio?

A lo lejos estaban dos muchachos abrazados mirando aquella hermosa escena.

Viendo como el menor de cabello pelirrojo derramaba lágrimas.

—  ¡Claro que si! No sabes cuanto espere a que me pidieras eso.

El brazalete fue puesto en el brazo izquierdo del menor al igual que el del mayor.

Hyunjin se acerco mas hasta el pelirrojo sujetándolo desde su cuello para luego besarlo lentamente. Demostrando su amor.

—  Te amo, cerecita.
—  Te amo, Hyunjin.

Ambos pegaron sus frentes disfrutando del momento. Con sus labios algo hinchados por lo que hicieron unos segundos atrás.

El rubio se separo un poco del menor y lo miro.

—  ¿Puedo preguntarte algo?
—  Si, dime.
¿Cuál es mi aroma?
—  Hueles a tierra mojada.

PETRICOR | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora