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-¿Qué te parece? –Lena le miro con el ceño fruncido -Puede ser una buena idea –Paul asintió

–Encargate de ello.

-¿Yo? –Lena lo miro como si estuviera loco.

-¿Es tu idea no? –el sonrio -¿Quién mejor para plasmarla?.

-Pero yo hace años que no escribo Paul –Lena miro sus manos.

-Eso nunca se olvida –Paul la miro a los ojos –Confio en ti.

Y el se marcho del despacho dejándola allí sentada. Lena miro su ordenador y fruncio el ceño. ¿Nunca se olvida? ¿Y porque ni siquiera sabia como empezar? Suspiro y coloco las manos sobre las teclas.

Mujeres y hombres.

-No –pulso borrar.

Los hombres, esos desconocidos.

-No –volvio a borrar.

¿Una vida sin hombres?.

-¡Maldita sea! –y borro de nuevo.

Unos golpes en la puerta hizo que levantara la vista del ordenador a su secretaria que la miraba con cautela.

-¿Qué pasa Jess? –Fruncio el ceño.

-Han llegado unos hombres –La mujer trago saliva –Con unas cajas.

-¿Unas cajas de que? –Lena la miro confundida.

-Con tus cosas y las de los niños –Jess la miro inquieta –Tu marido les pidió que las entregaran aquí.

-¡¿Qué?! –y de un salto Lena se levanto de su silla. Salió de su despacho y observo las cajas que estaban ante ella -¿Cómo se atreve? –Apretó los puños furiosa ¿Por qué allí? ¿Por qué las mandaba a su trabajo? ¿A caso quería humillarla? Si eso era lo que quería.

-Señora tiene que firmar aquí –Un hombre se le acerco mostrándole un papel.

-No voy a firmar nada –Lena lo miro decidida –No quiero nada de esto, devuélvanselo a quien lo mando –y sin esperar a que le dijeran nada entro al despacho dando un fuerte portazo. -¡Cerdo asqueroso y manipulador! –Empujo el florero que había sobre su mesa –Eso es lo que eres ¡Eso es lo que son todos! –y se sento en su sillón y comenzó a escribir.
 
Dos horas, ese era el tiempo que había pasado escribiendo y repasando una y otra vez cada palabra. Volvio a leer una vez mas y antes de arrepentirse pulso enviar. Ya estaba hecho, no había vuelta atrás. Miro el reloj de su despacho y se levanto de golpe.

-¡Mierda! –cogió el bolso y salio del despacho corriendo -¡Adios Jess!

-¡Buen fin de semana! –Jess la miro sonriente
Se subio a su coche y condujo por la ciudad como loca. Hoy era el partido de Liam y Alexander y ella llegaba tarde.

-Mierda –Le sonó el claxon a un coche que se paro en segunda fila -¡Busca aparcamiento idiota!-grito tras bajar la ventanilla.

Llego al aparcamiento y dio tres vueltas por el hasta que al fin vio un hueco libre y rápidamente aparco. Se bajo corriendo, cerró la puerta, bloqueo el coche y cuando iba corriendo hacia la entrada del campo se paro de golpe. Bufo molesta y se giro para regresar corriendo al coche, lo abrió y saco el bolso, después volvió a cerrarlo y ahora si pudo entrar corriendo al campo.

-Ya llegue, ya llegué –metió el tacon en uno de los agujeros de tierra y se doblo el tobillo. Ignorando el dolor en su pie, siguió caminando hasta que al fin diviso a la gente. Gente que estaba alrededor del césped verde gritando y abrazando a los niños. Diviso a su hermana y corrió hacia ella -¡Oh Dios! ¡Llegue tarde! ¿Llegue tarde verdad?.

Una NOVIA Para Mamá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora