Capítulo 2

283 38 1
                                    

Era una mañana nublada y oscura, claramente no daban ganas de levantarse para hacer una prueba.

—Mejor dormiré un ratito más, solo un poco... —habló para sí misma mientras acomodaba su cabeza en la suave almohada.

Pero parecía haber durado nada cuando se encontraba siendo sacudida por su padre muy bruscamente.

—¡Hija! ¡Despierta! ¿No se supone que tienes una prueba hoy? —exclamaba intentando despertar a su niña.

—¿E-eh? ¡Ya voy! —al recapacitar, de un salto salió de la cama empujando a su padre fuera de la habitación para poderse cambiar con prisa y no llegar tarde.

Sin embargo, cuando llegó al lugar acordado por el sensei, a los únicos que encontró en el lugar fueron a sus compañeros de equipo.

—Naruto, Sasuke... ¿Kakashi-sensei no ha llegado? —preguntó avergonzada de dirigirles la palabra, debido a que era una chica muy tímida.

—Como ves, no está aquí —suspiró cansado el rubio de bellos ojos azules antes de apoyarse rendido en un tronco cortado que se encontraba ahí.

La fémina tomó paso para acercarse a ambos jóvenes y depositar su bolsa junto a la de ambos muchachos, e igualmente se sentó a esperar.

«De haber sabido que tardaría me hubiera tomado las cosas con más calma» pensó suspirando con cansancio al recordar lo apurada que estuvo aquella madrugada para evitarse algún retraso.
«Da igual, dormiré aquí mismo. No hay lugar donde no se pueda dormir», y con decisión ante sus palabras mentales, se acurrucó en su lugar y se colocó el gorro de la sudadera hasta la nariz para comenzar su siesta.

A pesar de la incomodidad de dormir en el exterior y el frío matutino que había, ella, al tener el sueño pesado había dormido más tiesa que un tronco caído después de una tormenta.

Para ella no pasaron ni cinco minutos cuando —nuevamente en aquel día—, una sacudida la despertó.

—¡____-chan, despierta! ¡Kakashi-sensei llegó! —escuchó al Uzumaki llamarla, ella aún modorra, se talló los ojos intentando acostumbrarse a la luz que le daba directo a la cara.

«¿¡Ya es tan tarde y a penas se digna a aparecer!?» una mueca apareció en su rostro.

—Gracias Naruto —el contrario solo la miró con una sonrisa.

—Buenos días a todos, ¿listos para su primer día? —saludó el peliplata que recién llegaba.

—¡Oiga llegó tarde! —se quejó el rubio mirándolo con rabia, siendo acompañada por la chica.

—Un gato negro se me atravesó en el camino así que tuve que tomar el sendero largo —se excusó, pero obviamente ninguno de los tres jóvenes había creído aquello—. Bien, vamos a comenzar —carraspeó colocando un reloj encima de la superficie de un tronco—. Está puesto para medio día. Su misión es muy sencilla, tienen que quitarme estos cascabeles, de eso se trata todo —dijo mostrando dos cascabeles, lo cual resultó confuso para los menores—, si no logran quitármelos para el medio día se irán sin almuerzo. Serán atados a esos postes y van a ver como me como mi almuerzo frente a ustedes.

—Disculpe... pero, nosotros somos tres y solo hay dos cascabeles —levantó su mano.

—Ah, de esa manera al menos uno de ustedes terminará atado y finalmente descalificado por fallar al completar la misión, ese uno, volverá a la academia —agitó ligeramente los cascabeles para agregarle tensión al ambiente—, pero claro, cualquiera de ustedes será suspendido. Pueden usar cualquier arma incluyendo la shuriken, si no están preparados para matarme no podrán quitarme los cascabeles.

AITAIDESU || Sasuke UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora