12. Don't leave me alone

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Tras escapar de la multitud, regresaron a los pasillos del mercado para seguir buscando lo último que les faltaba por comprar: los materiales para reparar a Bessy.

— A ver... Necesitamos un soporte de viga, usa aspiradora nueva, placas de 27×20 pulgadas más o menos... — mencionó Maya, mirando la lista de la compra. — Y quizás también algo de pegamento...

— ¿De verdad vas a reparar a Bessy con Pegaloca? — dijo Johnny desde el hombro de Farru.

— ¡No! Por una vez tenemos dinero, así que podemos evitar recurrir a eso... de nuevo.

— ¿De nuevo? — Cuestiono Farru. Viajar dentro de Bessy se hacía más aterrador por momentos.

Al caminar, vieron a unos de los guardias patrullar; se trataban de unos Amartanos del mismo color que Farru. Estos voltearon a Maya por unos momentos. Ver a una persona tan pequeña oculta bajo una capucha era algo sospechoso.

— Debemos darnos prisa antes de que alguien nos pare a pedirnos los documentos... — Mencionó Johnny.

— Cierto... Si me obligan a quitarme la capucha, todo este mar de gente se nos vendrá encima.

El trío aceleró el paso hasta llegar a uno de los extremos del mercado, cerca de una de las entradas/salidas que los llevarían a la ciudad de ese bloque. Estaban enfrente de uno de los puestos donde se vendían materiales y herramientas. Maya empezó a hablar con el proveedor mientras Farru se mantenía vigilante de los alrededores Johnny lo acompañaba estando encima de su casco.

— Serían 150 por cada una de las placas — dijo el proveedor.

— Le doy 100 y no le diré a los guardias que las placas que vende realmente no son de aleación de Arminio — le contrapropuso Maya.

Ambos empezaron a negociar el precio con cada vez más intensidad. A pesar de que el único motivo de que fueran a ese crucero era por sus buenos precios, Maya no temía estirar más el chicle regateando.

— 130.

— 105.

— 125.

— 115.

Cada vez se acercaban más y más. Farru no tenía ni idea de negocios, así que no prestó atención. Al vigilar sus alrededores, se dio cuenta de que cerca de la salida del mercado parecían empezar a acumularse una buena cantidad de gente.

— 120.

— 116.

Maya seguía discutiendo ignorante de todo eso. Tras un momento, la razón de la multitud se hizo obvia: un Tally estaba entrando al mercado.

— Maya, ya deberíamos irnos — le dijo Johnny.

— Dame un momento.

Antes de terminar la frase, el pasillo en el que estaban se llenó de gente, la cual se iba a sumar a la multitud. Farru hizo lo posible por que ambos conservaran algo de espacio a pesar del mar de gente.

— ¡Ah, qué fastidio! Está bien, 120.

— Por fin... — Suspiro el proveedor.

Maya recibió la mercancía. Unidas con cinta, Maya se llevó las placas bajo el brazo antes de alejarse rápidamente, pero eso no impidió que nuevamente fueran tragados por una multitud.

—¡Es el capitán! ¡Hace años que no lo veía!

— ¡Sí! ¡Ojalá no esté muy ocupado!

Esos y más comentarios parecidos se escuchaban en la multitud. Farru ni Maya eran capaces de ver al Tally, y seguramente la gente a su alrededor tampoco, pero eso no les impedía intentarlo. Empujándose tratando de abrirse paso para poder ser testigos de una de las personas que le daban nombre al gran imperio. Farru trataba de abrir paso en dirección contraria al mar de gente para poder irse con Maya detrás algo nerviosa, pero la multitud resultaba más agresiva y fuerte. Algunos caían de repente sin poder volverse a levantar al ser pisoteados por todos los que venían atrás.

Ola CosmicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora