Efimeridad de la existencia

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He aquí quien vive por vivir,
sin un rumbo fijo he caminado
hasta toparme conmigo mismo.

Un cuerpo hueco, sin razón ni motivo,
me he dedicado a contarme a mí mismo
la historia de la cual he sido el escritor.

Pasó un día y una noche,
y así el siguiente día comenzó,
sin objetivo, sin decisión.

Me he llamado protagonista,
he escrito sobre mí, le he dado vida
a mi personaje, le di un camino, una dirección,
le di lo que incluso yo no he podido encontrar.

Continué escribiendo sobre mí,
con cada palabra que he colocado
usando tinta en una página,
me he vuelto un especialista en lo que hago,
tal y como un mago hace magia.

He podido imaginar todo aquello que he querido,
he podido vivir en las páginas de un libro.

Sin amor no hay motivo.

Tortuosa poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora