⠀BORDERHOPPER (en edición)

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Steve e Izzie se encontraban sentados en el almacén de Scoops Ahoy mientras Robin atendía la caja. Habían estado jugando cartas y hasta el momento el mayor iba ganando.

—Izzie, ¿es enserio? Ni siquiera soy bueno en este juego —Steve sonrió ante el ceño fruncido de la menor —. No sabía jugarlo hasta que me lo enseñaste.

—¿Cómo puedo ser tan mala? Cuando jugaba con mi mamá siempre ganaba.

Steve estaba dispuesto a contestarle con una mentira pero Robin se le adelantó gritando una verdad que los dos habían asumido.

—¡Te dejaba ganar!

El mayor dejó las cartas sobre la mesa y se giró hacia la ventana en la que la rubia los miraba burlonamente.

—¿Es necesario ser tan brusca al respecto?

La pregunta le quitó la sonrisa de la cara a Robin. Ambos chicos peleaban siempre que Izzie estaba presente, también cuando no lo estaba pero las discusiones eran más fuertes ante su presencia.

—¿Quieres que le mienta?

—No. Podrías simplemente decirlo con más... delicadeza.

La rubia rodó los ojos.

—¿Por qué?

Steve se puso rojo ante la nueva pregunta e Izzie no pudo evitar reir al respecto.

—¿Será por qué mi mamá esta muerta?

La morena empezó a tener un ataque de risa bajo la mirada preocupante de Steve y Robin. Ambos chicos podían no coincidir la mayor parte del tiempo, pero ambos opinaban lo mismo: Izzie nunca trabajó emocionalmente la muerte de su madre.

—Me voy, idiotas —terminó diciendo Robin mientras cerraba la ventana —. Los clientes no se atienden solos.

Steve acercó su silla a la de Izzie una vez esta ya se calmó, la menor dejó las cartas sobre la mesa y sonrió sinceramente ante la presencia del chico. El mayor esperó por unos segundos antes de preguntar por una respuesta que temía.

—¿Te sientes bien? —la sonrisa de Izzie se volvió una mueca por lo que Steve quiso preguntar de nuevo —¿Realmente estás bien-

La campana interrumpió el momento y el grito de Robin hizo que Steve se terminará frustrando ante la incertidumbre.

—¡Tonto, llegaron tus niños!

El mayor se paró de la silla y soltó con mala gana la mano de Izzie. Se acercó a la ventana y la abrió molesto, encontrandose a los niños que cuidó el año pasado.

—¿Otra vez? ¿En serio?

Mike tocó por última vez la campana y Steve dejó que los niños pasaran detras del mostrador. Izzie los saludó y recibió una respuesta alegre de la mayoría a excepción de Max, no obstante estaba satisfecha porque al fin y al cabo le hizo una seña. El chico les abrió la puerta de entregas y el grupo pasó a paso rapido mientras escuchaban las advertencias de Steve.

Cuando el mayor llegó a sentarse con Izzie no tuvo mucho tiempo para terminar su pregunta porque la luz terminó dejando todo el mall. Steve pasó al mostrador mientras la menor lo seguía y se puso a jugar con en interruptor de la luz, esperando que esta volviera.

Robin lo miró con el seño fruncido.

—Eso no funcionará, tonto.

—¿En serio?